Calor, días largos y noches que piden compañía. Para algunos, la época estival es un desafío; para nosotros, una fiesta que acaba de mejorar con la entrada en Bodegas Zapata de un nuevo vino que llega para convertirse en el favorito indiscutible del verano: Verdejo.
ASÍ AFECTA EL TAMAÑO DE LA BOTELLA AL VINO QUE BEBES
El vino es una bebida de rituales y detalles. Entre ellos, tiene un papel destacado la elección del tamaño de la botella, que para nada es casual ni responde sólo a una cuestión estética o una excusa para prolongar la velada.
¿QUÉ HACER CON EL VINO QUE SOBRA?
¿QUÉ HACER CON EL VINO QUE SOBRA? Sabemos lo que estás pensando: ¿Sobra vino? ¿Eso pasa de verdad? Aunque parezca una leyenda urbana, sí, a veces sobra.
LA VID(A) SE ABRE CAMINO
LA VID(A) SE ABRE CAMINO. La primavera ya se siente más que nunca en Bodegas Zapata. El paisaje cambia, el aire se transforma y, en nuestros viñedos, comienza a suceder algo que, aunque ocurre cada año, nunca deja de emocionarnos: los primeros brotes asoman entre los sarmientos.
EL PAPEL DE LAS LEVADURAS PARA EL MILAGRO DEL VINO
EL PAPEL DE LAS LEVADURAS PARA EL MILAGRO DEL VINO ¿Sabías que el vino es lo más parecido a un milagro? Así como Jesucristo convirtió el agua en vino, en cada bodega, en cada depósito de acero o barrica de roble, se repite una transformación casi mágica: la conversión del mosto en vino. El artífice de ese milagro tiene un nombre: levadura. Las levaduras son microorganismos unicelulares responsables de la fermentación alcohólica. Su papel es crucial: consumen los azúcares presentes en el mosto (el jugo de la uva recién prensado) y los convierten en alcohol y dióxido de carbono. Pero su función va mucho más allá de lo químico: también definen, matizan y elevan los aromas, sabores y personalidad de cada vino. NATURALES VS. COMERCIALES: DOS CAMINOS HACIA LA FERMENTACIÓN Existen dos grandes tipos de levaduras utilizadas en la vinificación: Levaduras naturales (o autóctonas). Son las que están presentes de forma espontánea en la piel de la uva, en el ambiente de la bodega y en los utensilios de trabajo. No se añaden: simplemente se despiertan cuando el mosto empieza a fermentar. Son imprevisibles, diversas y únicas en cada región. Por eso se dice que expresan el terroir, ese conjunto mágico de suelo, clima, variedad y saber hacer. Levaduras comerciales (o seleccionadas). Son cepas desarrolladas en laboratorio, seleccionadas por su eficiencia, rapidez o neutralidad. Se añaden al mosto de forma controlada para garantizar una fermentación segura, sin riesgos. Pero en ese control, a veces, se pierde parte de la autenticidad. ¿POR QUÉ ELEGIR LO NATURAL? En Bodegas Zapata, creemos que el vino debe contar una historia: la de su tierra, su clima y sus uvas. Por eso, usamos exclusivamente levaduras naturales. Confiamos en la biodiversidad de nuestros viñedos, en la magia del entorno, y en los matices irrepetibles que aporta cada cosecha. Sabemos que este enfoque implica asumir riesgos, que cada fermentación es un pequeño salto al vacío… pero también sabemos que solo así el vino adquiere alma. Cada copa de nuestro vino es el resultado de una simbiosis viva entre naturaleza y tradición. No es solo una bebida: es una experiencia. Bebes, cierras los ojos… ¡y hasta podrías decir Amén!
POR QUÉ EL VINO ES IMPRESCINDIBLE EN TU BODA (4 RAZONES + 1)
POR QUÉ EL VINO ES IMPRESCINDIBLE EN TU BODA (4 RAZONES + 1) Organizar una boda es un viaje emocionante: eliges el vestido, el lugar, el menú, la música… Pero hay un detalle que no puede pasar desapercibido si se quiere marcar la diferencia entre una celebración al uso y otra inolvidable: el vino. Como símbolo de unión, alegría y sofisticación, el vino es parte indispensable de la experiencia, del buen ambiente y de los recuerdos imborrables de tu vida. Para que te convenzas aún más de que el vino debe ocupar un lugar central en tu gran día, aquí tienes cuatro razones irrefutables (y una más, por si las cosas se complican 😉). 1. EL BRINDIS PERFECTO PARA LA PAREJA IDEAL No hay brindis sin copa en alto, y no hay copa que se levante con más clase que la que lleva vino. ¡Qué momento mágico ese en el que todos alzan sus vasos para celebrar el amor (clink, clink)! Y no, no es sólo una tradición: es un ritual que trasciende culturas y generaciones. 2. EL VINO COMO DECLARACIÓN DE ESTILO El (buen) vino no es una bebida corriente, sino toda una experiencia sensorial. Su presencia en la mesa aporta un aire de sofisticación que pocas bebidas pueden igualar. Cada detalle de la botella refuerza la atmósfera de lujo y buen gusto. Cada aroma y sabor que desprende el líquido es una loa a los mejores placeres de la vida. ¿Quieres que tu boda tenga ese toque de glamour? Entonces, el vino es tu elección imprescindible. 3. MARIDAJE PERFECTO (EL TUYO Y EL DEL VINO) Lo que más une a las parejas es su afinidad. En la relación del vino con la comida, ocurre lo mismo. Y es aquí donde entra en juego el arte del maridaje. ¿El secreto? Jugar con las variedades: Rosado para el cóctel. Fresco, versátil, fácil de beber e ideal para acompañar en el aperitivo mientras los invitados socializan. Blanco para mariscos y pescados. Su acidez y notas cítricas realzan los sabores del mar sin abrumar y sin eclipsarlos. Tinto para carnes. Porque su cuerpo y complejidad las acompaña y potencia como ningún otro. Y si hay veganos, celíacos o amantes de lo orgánico… ¡también hay opciones! El vino es un universo de posibilidades para complacer hasta al invitado más exigente. 4. EL VINO ES TAN IMPORTANTE COMO EL MENÚ Un error común en las bodas es recortar el presupuesto en bebidas para invertir más en el menú. ¡Craso error! Un maridaje desequilibrado puede arruinar incluso el plato más exquisito. Y no, no se trata de gastar más, sino de elegir con criterio. Hoy en día puedes encontrar vinos de calidad excelente a precios muy razonables. Apostar por un buen vino es una inversión directa en el recuerdo que tus invitados tendrán de tu boda. 5. Y SI TU PAREJA TE PLANTA EN EL ALTAR… …¡ya no será un mal trago! Bromas aparte, los imprevistos ocurren. ¿Qué harías si, en el peor de los escenarios, tu media naranja decide no aparecer? Más allá de llorar, podrías… ¡brindar por tu libertad con todo el vino contratado! Al menos, tendrás un consuelo delicioso y una historia épica que contar. Eso sí, con tanto vino de calidad, es más probable que tus invitados te acompañen hasta que no quede ni gota. A MODO DE RESUMEN Elegir vino para tu boda no es sólo una decisión práctica: es una declaración de intenciones. Habla de tu atención al detalle, de tu deseo de ofrecer una experiencia única y de tu aprecio por los momentos compartidos. Ya sea para brindar, maridar o improvisar un plan B con estilo, el vino se convertirá en un aliado imprescindible. Así que… ¡salud! Por el amor, por la fiesta, y por esas botellas que esperan ser descorchadas en el día más especial de tu vida 🍷💍 Contacta con nosotros y te ayudaremos a elegir el mejor vino para tu boda. Pincha aquí
5 SECRETOS DEL VINO PARA POTENCIAR TU BELLEZA
5 SECRETOS DEL VINO PARA POTENCIAR TU BELLEZA Si Cleopatra hubiera conocido los beneficios del vino para la piel, quizás habría cambiado sus famosos baños de leche por inmersiones en vino tinto. Con su alto contenido en antioxidantes y propiedades regeneradoras, el vino no sólo habría ayudado a mantener su piel joven y luminosa, sino que también le habría ofrecido un tratamiento exfoliante y rejuvenecedor natural, digno de una reina. Como en esta época los reyes y reinas somos todos, aprovechemos los magníficos beneficios del vino para lucir espectacular. Te los contamos a continuación. 1. ANTIOXIDANTES: EL BOTOX NATURAL DEL VINO El vino tinto es rico en resveratrol, un poderoso antioxidante que combate los radicales libres y ayuda a retrasar el envejecimiento de la piel. Este compuesto protege las células de los daños causados por factores ambientales como la contaminación y la radiación UV, favoreciendo una piel más firme y elástica. 2. PROPIEDADES HIDRATANTES Y EXFOLIANTES: RECUPERA LA PIEL TERSA El vino contiene ácidos naturales, como el tartárico y el málico, que ayudan a exfoliar suavemente la piel, eliminando las células muertas y promoviendo una tez más luminosa. Además, su composición ayuda a mantener la hidratación, aportando un aspecto fresco y saludable. 3. ESTIMULA LA CIRCULACIÓN SANGUÍNEA: ADIÓS, CARA DE LUNES El consumo moderado de vino puede mejorar la circulación sanguínea, lo que favorece una mejor oxigenación de la piel. Esto se traduce en un cutis más radiante y con menos signos de fatiga. 4. EFECTO DETOX Y ANTIINFLAMATORIO: NO MÁS PIELES IRRITADAS El vino también posee propiedades antiinflamatorias que pueden ayudar a reducir el enrojecimiento y la hinchazón de la piel. Su capacidad detoxificante contribuye a eliminar toxinas del cuerpo, lo que indirectamente favorece una piel más clara y saludable. 5. VINOTERAPIA: TRATAMIENTOS DE BELLEZA CON VINO En los últimos años, la vinoterapia se ha convertido en una tendencia en los spas y centros de belleza. Los tratamientos a base de vino incluyen mascarillas, envolturas corporales y baños relajantes que aprovechan sus propiedades antioxidantes para rejuvenecer la piel y mejorar su apariencia. Ya sabes qué pedir para tu próximo cumpleaños: un spa enológico. ALGUNOS CONSEJOS PARA APROVECHAR LOS BENEFICIOS DEL VINO EN LA BELLEZA Mascarilla casera. Mezcla vino tinto con miel y yogur para una mascarilla hidratante y revitalizante. Baños relajantes. Agregar un poco de vino a la bañera puede ayudar a mejorar la suavidad de la piel y proporcionar un momento de relajación. Añade una copa de vino para beber y la experiencia será exquisita. Consumo moderado. Disfrutar de una copa de vino tinto al día puede aportar beneficios antioxidantes sin afectar la salud. El vino, en su justa medida, puede ser un excelente aliado para la belleza y el bienestar. Su uso en la cosmética y los tratamientos de spa confirma que esta bebida milenaria tiene mucho más que ofrecer, más allá de la mesa. Ahora ya lo sabes: el vino no solo alegra el espíritu, ¡también embellece! Y si alguien te pregunta, puedes contestar: «No, amor, no estoy tomando vino… Este es mi elixir de belleza».
¿CÓMO AFECTA LA TEMPERATURA AL SABOR DEL VINO?
¿CÓMO AFECTA LA TEMPERATURA AL SABOR DEL VINO? El vino es mucho más que una bebida: es una experiencia sensorial que involucra vista, olfato y gusto. Sin embargo, hay un factor clave que muchos pasan por alto y que puede ser determinante para disfrutar de una copa memorable o sufrir una gran decepción: la temperatura. ¿Alguna vez has probado un vino que sabía plano o demasiado alcoholizado? Es probable que la temperatura fuera la culpable. EL EFECTO DE LA TEMPERATURA EN EL VINO El sabor del vino es el resultado de una compleja interacción entre sus componentes químicos, como los taninos, los azúcares, los ácidos y los compuestos aromáticos. La temperatura influye directamente en cómo percibimos estos elementos, ya que reaccionan de manera distinta según la temperatura. Un vino demasiado frío puede perder intensidad aromática y resaltar la acidez o la astringencia (esa especie de aspereza en la boca), mientras que un vino demasiado caliente puede volverse pesado y aumentar la sensación alcohólica. Además, la temperatura no sólo afecta al vino en sí, sino también a cómo interactúa con la comida. Un vino servido a la temperatura correcta puede elevar la experiencia sensorial del plato, mientras que uno mal servido puede arruinar la armonía esperada en el maridaje. TEMPERATURAS IDEALES PARA CADA TIPO DE VINO Para disfrutar al máximo de cada copa, es fundamental conocer la temperatura adecuada según el tipo de vino: Vinos blancos y rosados: estos suelen servirse entre 8°C y 12°C, para resaltar su frescura y acidez. Pero ten cuidado, porque si están demasiado fríos, los sabores y aromas pueden quedar opacados, perdiendo su complejidad. Vinos tintos: servirlos demasiado fríos puede hacer que los taninos se sientan más ásperos (la astringencia se acentúa) y que los aromas se cierren. Por el contrario, si se sirven demasiado calientes, el alcohol puede dominar el paladar, dando una sensación de pesadez. La temperatura ideal para la mayoría de los tintos ronda entre los 14°C y 18°C, dependiendo de su cuerpo. CONSEJOS PARA AJUSTAR LA TEMPERATURA DEL VINO Si un vino está demasiado frío, basta con dejarlo a temperatura ambiente durante unos minutos. O incluso puedes calentarlo sosteniendo la copa con las manos y el calor de tu cuerpo pasará al vino. Por el contrario, si el vino está caliente para su temperatura ideal, una forma rápida de enfriarlo es colocarlo en un cubo con agua y hielo durante 10-15 minutos. Eso sí, evita que se congele, ya que podría afectar su estructura y los sabores pueden verse afectados de forma significativa. En cualquier caso, si eres un gran amante de los vinos, lo mejor es invertir en un termómetro específico para vinos, una herramienta de valor incalculable para asegurarse de que cada copa se sirva en su punto óptimo. EN EL VINO, LOS DETALLES MARCAN LA DIFERENCIA Servir el vino a la temperatura adecuada no sólo mejora su sabor, sino que también potencia la experiencia global de la degustación. La próxima vez que descorches una botella, recuerda que unos grados de más o de menos pueden marcar la diferencia entre un vino ordinario y una experiencia inolvidable. ¿Y tú, cuál eliges 😉?
¿ES REALMENTE NECESARIO ALMACENAR LAS BOTELLAS DE VINO EN HORIZONTAL?
¿ES REALMENTE NECESARIO ALMACENAR LAS BOTELLAS DE VINO EN HORIZONTAL? No cabe duda de que el almacenamiento del vino es un arte que influye directamente en su calidad y evolución, PERO, como todo arte, lleva aparejado una serie de mitos que, en ocasiones, pueden marear más que facilitar el placer a los amantes del vino, sobre todo, a los recién iniciados. Así que, la primera respuesta es que no hay una única respuesta: la mejor opción de almacenamiento para ti depende de qué vino compres y de cómo lo disfrutes. Vamos a ver por qué. La razón principal para almacenar las botellas acostadas es mantener el corcho húmedo. El corcho es un material natural y poroso que sella la botella y evita una entrada masiva de oxígeno. Si la botella está en posición vertical durante mucho tiempo, el corcho puede secarse y contraerse, lo que podría permitir la entrada de aire y acelerar la oxidación del vino, e incluso podría sufrir contaminaciones externas por la proliferación de microorganismos o la absorción de olores desagradables del ambiente. Asegurar la humedad del corcho permite que se conserve el sellado hermético y, así, se protege el vino de alteraciones externas que afecten negativamente su sabor y aroma. Por otro lado, el vino es una bebida viva que evoluciona con el tiempo. Un almacenamiento adecuado favorece una maduración equilibrada. Al mantener las botellas en posición horizontal, se asegura que el vino tenga un contacto constante con el corcho, permitiendo una microoxigenación controlada que contribuye a una mejor evolución de los compuestos del vino. Ahora bien, ¿has comprado el vino para que evolucione durante largo tiempo en la bodega / vinoteca de tu casa por alguna razón específica o para beberlo en las próximas semanas, abrirlo en las fiestas que se acercan u ofrecerlo a las visitas frecuentes de amigos y familiares? Si tu caso es el segundo, no te compliques siquiera en pensar qué tipo de almacenamiento es mejor: horizontal o vertical te darán el mismo resultado. Solo si se compra el vino para su conservación a largo plazo, es mejor almacenar las botellas en posición horizontal. Además, si bien almacenar botellas acostadas es recomendable para aquellas con corcho natural, las botellas con tapa de rosca o tapón sintético pueden guardarse en posición vertical sin riesgo de deterioro del tapón. Otra cosa es que este tipo de cierre no permite la evolución para un vino de guarda ni un largo tiempo de conservación del vino sin que este pierda aromas. Generalmente, se usan para vinos de consumo casi inmediato. Con todo, las bodegas y cavas están diseñadas para almacenar las botellas en posición horizontal porque es una forma eficiente de organizarlas, permitiendo conservar una mayor cantidad de vino en un espacio reducido. Además, esta disposición facilita la identificación de las etiquetas sin necesidad de mover las botellas constantemente, lo que ayuda a evitar vibraciones innecesarias que podrían afectar la estabilidad del vino. Razones de optimización del espacio, estética y tradición son las que llevan a muchas bodegas y coleccionistas a preferir la posición horizontal para el almacenamiento de sus botellas de vino. Esperamos que este breve artículo te ayude a encontrar la mejor manera de conservar tus vinos. En cualquier caso, (casi siempre) es mejor beberlos que almacenarlos.
CRIANZA DEL VINO. BARRICAS DE MADERA VS TANQUES DE ACERO
CRIANZA DEL VINO. BARRICAS DE MADERA VS TANQUES DE ACERO Cuando hablamos de crianza de vinos, hay dos protagonistas que compiten por el corazón (y el paladar) de los amantes del vino: las barricas de madera y los tanques de acero inoxidable. Pero ¿qué diferencia hay entre estos dos sistemas de la vinificación? ¿Es uno mejor que otro? Como afirman los expertos enólogos: «La crianza del vino es como cocinar un buen guiso: el tiempo y los ingredientes correctos son fundamentales, pero el recipiente puede cambiarlo todo». BARRICAS DE MADERA: EL CLÁSICO ELEGANTE Las barricas de madera son el equivalente a un traje de sastre: elegantes, tradicionales y con un aire de sofisticación. Este sistema de crianza del vino es un magnífico catalizador de sabores, un alquimista silencioso y una herramienta indispensable para las bodegas que buscan imprimir carácter y complejidad a sus creaciones. En la mayoría de las bodegas, se suele recurrir principalmente a las barricas de roble francés, que imprimen elegancia y notas especiadas, y de roble americano, que suele dar lugar a sabores más intensos, como coco y vainilla. Más allá de simplemente guardar el vino, las barricas de madera ofrecen ventajas como: Aportan sabores y aromas. La madera interactúa con el vino, regalándole notas de vainilla, frutos secos, caramelo, especias o incluso un toque ahumado. Los matices en aromas y sabores dependerán del tipo de madera, de la edad de la barrica, su grado de tueste y su capacidad. Este aporte es clave para vinos de crianza y reserva, que adquieren complejidad aromática gracias a la barrica. Microoxigenación. A través de los poros de la madera de las barricas, pequeñísimas cantidades de oxígeno entran en contacto con el vino, suavizando sus taninos, haciendo que el vino sea más agradable en boca y dándole una textura más sedosa. Esto es crucial para vinos tintos potentes que necesitan domar su carácter. Además, la oxigenación favorece la estabilización del color y el desarrollo de aromas más complejos, aumentando la capacidad del vino para envejecer y evolucionar favorablemente. Conservan y refinan el vino. La madera absorbe impurezas y contribuye a la clarificación natural del vino, donde los sabores se integran de manera armoniosa, creando un perfil más equilibrado. Envejecimiento clásico. No todas las barricas son iguales. La diferencia entre una barrica nueva y una usada es significativa. Las nuevas aportan una mayor concentración de aromas y sabores, mientras que las usadas tienen un impacto más sutil, ideal para resaltar la fruta en lugar de la madera. En muchos casos, las bodegas optan por combinar barricas de distintas edades para lograr un equilibrio perfecto. Sin embargo, las barricas tienen su talón de Aquiles. Son costosas, requieren mantenimiento (limpieza y cuidado como si fueran un Ferrari) y, tarde o temprano, pierden su poder de transformación del vino. TANQUES DE ACERO INOXIDABLE: EL MODERNO PRÁCTICO Por otro lado, los tanques de acero inoxidable son el equivalente a una cocina de alta gama y tecnología puntera: limpios, eficientes y sin sorpresas. Fueron introducidos para revolucionar la vinificación, especialmente en vinos blancos y rosados. Sus principales ventajas son: Neutralidad total. A diferencia de las barricas de madera, los tanques de acero no aportan ningún sabor adicional al vino. Esto es ideal cuando el objetivo es resaltar la pureza de la fruta y las características varietales. Control de temperatura. Los tanques de acero tienen sistemas integrados para mantener la temperatura bajo control durante la fermentación y el almacenamiento. Esto es perfecto cuando tratamos vinos frescos, como nuestro blanco Albillo Mayor o el atrevido Rosado. Practicidad. Son fáciles de limpiar, no requieren reemplazo constante y pueden usarse durante años sin perder eficiencia. Por supuesto, los tanques de acero no tienen el glamour ni la mística de las barricas. Algunos podrían decir que son un poco fríos o demasiado industriales, pero su practicidad es innegable. ¿Y QUÉ PASA CON EL SABOR? Aquí viene lo importante: el sabor. Si prefieres vinos complejos, con capas de especias y una textura sedosa, probablemente te enamoren los criados en barrica de madera. Pero si lo tuyo son los vinos frescos, frutales y con una acidez vibrante, los tanques de acero son los mejores aliados. Lo interesante en este punto es que muchos enólogos optan por combinar ambos métodos. Por ejemplo, pueden fermentar el vino en acero y luego envejecer una parte en madera para lograr un equilibrio entre frescura y complejidad. ¡Lo mejor de los dos mundos! CONCLUSIÓN: ¿CLÁSICO O MODERNO? Al final, no se trata de cuál es mejor, sino de qué estilo prefieres. Las barricas de madera son como una sinfonía clásica: ricas, complejas y llenas de historia. Los tanques de acero son como una canción pop pegadiza: frescos, directos y modernos. En cualquier caso, y honestamente, mientras el vino que tomemos esté rico, ¿quién puede quejarse del sistema de crianza utilizado? ¡A disfrutar!