CÓMO DISTINGUIR UN VINO JOVEN DE OTRO ENVEJECIDO O CON CRIANZA

En el mundo del vino, la edad no es solo un número. Cada etapa de crianza deja huellas en su color, aroma y sabor, y puedes detectarlas sin necesidad de mirar la etiqueta o preguntarle al sumiller del restaurante.
Si alguna vez te has preguntado cómo saber si un vino es joven o ha pasado años en barrica, aquí te damos las pistas infalibles para diferenciarlos con la vista, el olfato y el gusto.
¿Listo para poner a prueba tus dotes detectivescas?
POR LA VISTA
La edad del vino se nota en el color. Es como si los años le fueran apagando el brillo, pero regalándole profundidad. Como nos pasa a las personas, vamos.
- Vinos jóvenes: presentan colores vivos, intensos y brillantes como púrpura, rojo cereza o rubí. Además, en los bordes de la copa, suelen tener reflejos azulados o violáceos.
- Vinos envejecidos o con crianza: sus colores se ven más apagados y evolucionados, tipo granate, teja, ladrillo o marrón. En los bordes, notarás tonos anaranjados o ambarinos.
Tip visual: inclina la copa sobre fondo blanco y verás mejor los matices en el borde del vino.
POR EL OLOR
Aquí la nariz es el aliado, que nos ayudará a transformarnos en un perro policía trabajando en el aeropuerto. Y es que el aroma del vino cambia muchísimo con el paso del tiempo.
- Vinos jóvenes: aromas frescos y directos como de frutas rojas, cereza o frambuesa, y a veces toques de flor, chicle o incluso caramelo.
- Vinos envejecidos o con crianza: el aroma es más profundo y complejo, con
notas de cuero, tabaco, especias, vainilla, cacao o madera. Es el resultado del tiempo en barrica y botella, donde el vino madura y se transforma.
Tip olfativo: gira suavemente la copa, acerca la nariz… y deja que el vino hable.
POR EL SABOR
Ahora sí, llega el momento de probar. Y disfrutar.
- Vinos jóvenes: notarás un sabor más ácido, frutal y directo. Es vibrante, fácil de beber, y suele tener un final corto, pero alegre.
- Vinos envejecidos o con crianza: más redondo, suave, con taninos pulidos. El sabor es más estructurado, el paso por boca más sedoso y el final es largo y elegante.
Tip gourmet: prueba ambos tipos con el mismo plato y verás cómo cambia la experiencia del maridaje.
AHORA ES TU TURNO
Ya conoces las claves para descifrar la edad de un vino con tus propios sentidos. Sólo queda una cosa: practicar, practicar y practicar. Abre una botella, observa, huele, saborea… y deja que cada copa te cuente su historia.
Porque entender el vino no es cuestión de memoria, sino de atención, curiosidad y ganas de disfrutarlo. ¡Salud!