DECANTAR O JARREAR, ESA ES LA CUESTIÓN

Seguro que lo has visto mil veces: alguien coge sutilmente una botella de vino con más misterio que la última serie de Netflix y, en lugar de servirla directamente, empieza un ritual con un artilugio de cristal que parece sacado del laboratorio de Breaking Bad. ¿Magia? ¿Esnobismo? Nada de eso. Es pura ciencia (y un poco de teatro) para que el vino sepa mejor.
Y en el centro de este proceso siempre hay dos palabras con las que nos solemos liar: Decantar y Jarrear. ¿Son lo mismo? ¡Para nada! Vamos a destripar su significado de una vez por todas, pero sin tecnicismos aburridos. Que aquí hemos venido a aprender divirtiéndonos.
DECANTAR: COMO OPERAR A CORAZÓN ABIERTO (PERO AL VINO)
¿Qué es? La decantación consiste en eliminar los restos sólidos (posos de uva, levaduras o incluso algún trozo de corcho rebelde) que suelen aparecer en los vinos con más años. Estos posos que se acumulan con el paso de los años en el fondo de la botella de vino no te llevarán a urgencias, pero su textura arenosa puede amargarte el plan. Decantar es dejarlos atrás para que el vino llegue limpio a la copa.
¿Qué vinos lo necesitan? Los viejitos con canas. Hablamos de tintos añejos, con 8-10 años o más. Son vinos que, como Blancanieves, han estado durmiendo plácidamente hasta que ha venido el príncipe a joderle despertarla de la siesta.
¿Cómo se hace? La clave es la SUAVIDAD. Coge el decantador, enciende una linterna (o pon la botella frente a una vela o una bombilla) para ver los sedimentos, y vierte el vino lentamente, con muuucho cuidado, en un flujo constante. Para cuando estés llegando al final de la botella, verás esos posos al fondo. ¡Alto ahí! Deja el último chorrito. Misión cumplida: vino limpio y presentable, sin sorpresas.
JARREAR: LO MÁS ROCK&ROLL DE POR AQUÍ
¿Qué es? Aquí ya no necesitas el pulso de un cirujano. El objetivo es airear el vino para que despierte, se abra y saque todos esos aromas que tenía más escondidos que tu cuenta B en redes sociales.
¿Qué vinos lo necesitan? Los tímidos e imberbes. Nos referimos a tintos jóvenes que llegan empanados a la fiesta, con aromas y sabores que no están, pero sí que se les espera. El jarreo los ayuda a expresar mejor su sabor de golpe.
¿Cómo se hace? La clave es la ENERGÍA. Olvídate de la delicadeza y deja que te posea el espíritu de Carmen de Mairena. Aquí se trata de pasar el vino de una jarra a otra (o dentro del mismo decantador) con fuerza y sin miedo. Cuanto más aire entre, mejor. Que choque, que se remueva, que burbujee. Sin pausa, todo acción como en Fast & Furious. Y si hace falta, repites un par de veces hasta que el vino exprese todo lo que lleva dentro.
ENTONCES, ¿DECANTAS O JARREAS?
En resumen:
- Decanta si abres un vino añejo con sedimentos, para que llegue limpio y sin regalitos a tu boca.
- Y jarrea si quieres despertar los aromas y mejorar los sabores de un vino joven que promete.
En cualquier caso, vive tu vino y bebe tu vida. ¡Salud!