EL PAPEL DE LAS LEVADURAS PARA EL MILAGRO DEL VINO ¿Sabías que el vino es lo más parecido a un milagro? Así como Jesucristo convirtió el agua en vino, en cada bodega, en cada depósito de acero o barrica de roble, se repite una transformación casi mágica: la conversión del mosto en vino. El artífice de ese milagro tiene un nombre: levadura. Las levaduras son microorganismos unicelulares responsables de la fermentación alcohólica. Su papel es crucial: consumen los azúcares presentes en el mosto (el jugo de la uva recién prensado) y los convierten en alcohol y dióxido de carbono. Pero su función va mucho más allá de lo químico: también definen, matizan y elevan los aromas, sabores y personalidad de cada vino. NATURALES VS. COMERCIALES: DOS CAMINOS HACIA LA FERMENTACIÓN Existen dos grandes tipos de levaduras utilizadas en la vinificación: Levaduras naturales (o autóctonas). Son las que están presentes de forma espontánea en la piel de la uva, en el ambiente de la bodega y en los utensilios de trabajo. No se añaden: simplemente se despiertan cuando el mosto empieza a fermentar. Son imprevisibles, diversas y únicas en cada región. Por eso se dice que expresan el terroir, ese conjunto mágico de suelo, clima, variedad y saber hacer. Levaduras comerciales (o seleccionadas). Son cepas desarrolladas en laboratorio, seleccionadas por su eficiencia, rapidez o neutralidad. Se añaden al mosto de forma controlada para garantizar una fermentación segura, sin riesgos. Pero en ese control, a veces, se pierde parte de la autenticidad. ¿POR QUÉ ELEGIR LO NATURAL? En Bodegas Zapata, creemos que el vino debe contar una historia: la de su tierra, su clima y sus uvas. Por eso, usamos exclusivamente levaduras naturales. Confiamos en la biodiversidad de nuestros viñedos, en la magia del entorno, y en los matices irrepetibles que aporta cada cosecha. Sabemos que este enfoque implica asumir riesgos, que cada fermentación es un pequeño salto al vacío… pero también sabemos que solo así el vino adquiere alma. Cada copa de nuestro vino es el resultado de una simbiosis viva entre naturaleza y tradición. No es solo una bebida: es una experiencia. Bebes, cierras los ojos… ¡y hasta podrías decir Amén!
POR QUÉ EL VINO ES IMPRESCINDIBLE EN TU BODA (4 RAZONES + 1)
POR QUÉ EL VINO ES IMPRESCINDIBLE EN TU BODA (4 RAZONES + 1) Organizar una boda es un viaje emocionante: eliges el vestido, el lugar, el menú, la música… Pero hay un detalle que no puede pasar desapercibido si se quiere marcar la diferencia entre una celebración al uso y otra inolvidable: el vino. Como símbolo de unión, alegría y sofisticación, el vino es parte indispensable de la experiencia, del buen ambiente y de los recuerdos imborrables de tu vida. Para que te convenzas aún más de que el vino debe ocupar un lugar central en tu gran día, aquí tienes cuatro razones irrefutables (y una más, por si las cosas se complican 😉). 1. EL BRINDIS PERFECTO PARA LA PAREJA IDEAL No hay brindis sin copa en alto, y no hay copa que se levante con más clase que la que lleva vino. ¡Qué momento mágico ese en el que todos alzan sus vasos para celebrar el amor (clink, clink)! Y no, no es sólo una tradición: es un ritual que trasciende culturas y generaciones. 2. EL VINO COMO DECLARACIÓN DE ESTILO El (buen) vino no es una bebida corriente, sino toda una experiencia sensorial. Su presencia en la mesa aporta un aire de sofisticación que pocas bebidas pueden igualar. Cada detalle de la botella refuerza la atmósfera de lujo y buen gusto. Cada aroma y sabor que desprende el líquido es una loa a los mejores placeres de la vida. ¿Quieres que tu boda tenga ese toque de glamour? Entonces, el vino es tu elección imprescindible. 3. MARIDAJE PERFECTO (EL TUYO Y EL DEL VINO) Lo que más une a las parejas es su afinidad. En la relación del vino con la comida, ocurre lo mismo. Y es aquí donde entra en juego el arte del maridaje. ¿El secreto? Jugar con las variedades: Rosado para el cóctel. Fresco, versátil, fácil de beber e ideal para acompañar en el aperitivo mientras los invitados socializan. Blanco para mariscos y pescados. Su acidez y notas cítricas realzan los sabores del mar sin abrumar y sin eclipsarlos. Tinto para carnes. Porque su cuerpo y complejidad las acompaña y potencia como ningún otro. Y si hay veganos, celíacos o amantes de lo orgánico… ¡también hay opciones! El vino es un universo de posibilidades para complacer hasta al invitado más exigente. 4. EL VINO ES TAN IMPORTANTE COMO EL MENÚ Un error común en las bodas es recortar el presupuesto en bebidas para invertir más en el menú. ¡Craso error! Un maridaje desequilibrado puede arruinar incluso el plato más exquisito. Y no, no se trata de gastar más, sino de elegir con criterio. Hoy en día puedes encontrar vinos de calidad excelente a precios muy razonables. Apostar por un buen vino es una inversión directa en el recuerdo que tus invitados tendrán de tu boda. 5. Y SI TU PAREJA TE PLANTA EN EL ALTAR… …¡ya no será un mal trago! Bromas aparte, los imprevistos ocurren. ¿Qué harías si, en el peor de los escenarios, tu media naranja decide no aparecer? Más allá de llorar, podrías… ¡brindar por tu libertad con todo el vino contratado! Al menos, tendrás un consuelo delicioso y una historia épica que contar. Eso sí, con tanto vino de calidad, es más probable que tus invitados te acompañen hasta que no quede ni gota. A MODO DE RESUMEN Elegir vino para tu boda no es sólo una decisión práctica: es una declaración de intenciones. Habla de tu atención al detalle, de tu deseo de ofrecer una experiencia única y de tu aprecio por los momentos compartidos. Ya sea para brindar, maridar o improvisar un plan B con estilo, el vino se convertirá en un aliado imprescindible. Así que… ¡salud! Por el amor, por la fiesta, y por esas botellas que esperan ser descorchadas en el día más especial de tu vida 🍷💍 Contacta con nosotros y te ayudaremos a elegir el mejor vino para tu boda. Pincha aquí
5 SECRETOS DEL VINO PARA POTENCIAR TU BELLEZA
5 SECRETOS DEL VINO PARA POTENCIAR TU BELLEZA Si Cleopatra hubiera conocido los beneficios del vino para la piel, quizás habría cambiado sus famosos baños de leche por inmersiones en vino tinto. Con su alto contenido en antioxidantes y propiedades regeneradoras, el vino no sólo habría ayudado a mantener su piel joven y luminosa, sino que también le habría ofrecido un tratamiento exfoliante y rejuvenecedor natural, digno de una reina. Como en esta época los reyes y reinas somos todos, aprovechemos los magníficos beneficios del vino para lucir espectacular. Te los contamos a continuación. 1. ANTIOXIDANTES: EL BOTOX NATURAL DEL VINO El vino tinto es rico en resveratrol, un poderoso antioxidante que combate los radicales libres y ayuda a retrasar el envejecimiento de la piel. Este compuesto protege las células de los daños causados por factores ambientales como la contaminación y la radiación UV, favoreciendo una piel más firme y elástica. 2. PROPIEDADES HIDRATANTES Y EXFOLIANTES: RECUPERA LA PIEL TERSA El vino contiene ácidos naturales, como el tartárico y el málico, que ayudan a exfoliar suavemente la piel, eliminando las células muertas y promoviendo una tez más luminosa. Además, su composición ayuda a mantener la hidratación, aportando un aspecto fresco y saludable. 3. ESTIMULA LA CIRCULACIÓN SANGUÍNEA: ADIÓS, CARA DE LUNES El consumo moderado de vino puede mejorar la circulación sanguínea, lo que favorece una mejor oxigenación de la piel. Esto se traduce en un cutis más radiante y con menos signos de fatiga. 4. EFECTO DETOX Y ANTIINFLAMATORIO: NO MÁS PIELES IRRITADAS El vino también posee propiedades antiinflamatorias que pueden ayudar a reducir el enrojecimiento y la hinchazón de la piel. Su capacidad detoxificante contribuye a eliminar toxinas del cuerpo, lo que indirectamente favorece una piel más clara y saludable. 5. VINOTERAPIA: TRATAMIENTOS DE BELLEZA CON VINO En los últimos años, la vinoterapia se ha convertido en una tendencia en los spas y centros de belleza. Los tratamientos a base de vino incluyen mascarillas, envolturas corporales y baños relajantes que aprovechan sus propiedades antioxidantes para rejuvenecer la piel y mejorar su apariencia. Ya sabes qué pedir para tu próximo cumpleaños: un spa enológico. ALGUNOS CONSEJOS PARA APROVECHAR LOS BENEFICIOS DEL VINO EN LA BELLEZA Mascarilla casera. Mezcla vino tinto con miel y yogur para una mascarilla hidratante y revitalizante. Baños relajantes. Agregar un poco de vino a la bañera puede ayudar a mejorar la suavidad de la piel y proporcionar un momento de relajación. Añade una copa de vino para beber y la experiencia será exquisita. Consumo moderado. Disfrutar de una copa de vino tinto al día puede aportar beneficios antioxidantes sin afectar la salud. El vino, en su justa medida, puede ser un excelente aliado para la belleza y el bienestar. Su uso en la cosmética y los tratamientos de spa confirma que esta bebida milenaria tiene mucho más que ofrecer, más allá de la mesa. Ahora ya lo sabes: el vino no solo alegra el espíritu, ¡también embellece! Y si alguien te pregunta, puedes contestar: «No, amor, no estoy tomando vino… Este es mi elixir de belleza».
¿CÓMO AFECTA LA TEMPERATURA AL SABOR DEL VINO?
¿CÓMO AFECTA LA TEMPERATURA AL SABOR DEL VINO? El vino es mucho más que una bebida: es una experiencia sensorial que involucra vista, olfato y gusto. Sin embargo, hay un factor clave que muchos pasan por alto y que puede ser determinante para disfrutar de una copa memorable o sufrir una gran decepción: la temperatura. ¿Alguna vez has probado un vino que sabía plano o demasiado alcoholizado? Es probable que la temperatura fuera la culpable. EL EFECTO DE LA TEMPERATURA EN EL VINO El sabor del vino es el resultado de una compleja interacción entre sus componentes químicos, como los taninos, los azúcares, los ácidos y los compuestos aromáticos. La temperatura influye directamente en cómo percibimos estos elementos, ya que reaccionan de manera distinta según la temperatura. Un vino demasiado frío puede perder intensidad aromática y resaltar la acidez o la astringencia (esa especie de aspereza en la boca), mientras que un vino demasiado caliente puede volverse pesado y aumentar la sensación alcohólica. Además, la temperatura no sólo afecta al vino en sí, sino también a cómo interactúa con la comida. Un vino servido a la temperatura correcta puede elevar la experiencia sensorial del plato, mientras que uno mal servido puede arruinar la armonía esperada en el maridaje. TEMPERATURAS IDEALES PARA CADA TIPO DE VINO Para disfrutar al máximo de cada copa, es fundamental conocer la temperatura adecuada según el tipo de vino: Vinos blancos y rosados: estos suelen servirse entre 8°C y 12°C, para resaltar su frescura y acidez. Pero ten cuidado, porque si están demasiado fríos, los sabores y aromas pueden quedar opacados, perdiendo su complejidad. Vinos tintos: servirlos demasiado fríos puede hacer que los taninos se sientan más ásperos (la astringencia se acentúa) y que los aromas se cierren. Por el contrario, si se sirven demasiado calientes, el alcohol puede dominar el paladar, dando una sensación de pesadez. La temperatura ideal para la mayoría de los tintos ronda entre los 14°C y 18°C, dependiendo de su cuerpo. CONSEJOS PARA AJUSTAR LA TEMPERATURA DEL VINO Si un vino está demasiado frío, basta con dejarlo a temperatura ambiente durante unos minutos. O incluso puedes calentarlo sosteniendo la copa con las manos y el calor de tu cuerpo pasará al vino. Por el contrario, si el vino está caliente para su temperatura ideal, una forma rápida de enfriarlo es colocarlo en un cubo con agua y hielo durante 10-15 minutos. Eso sí, evita que se congele, ya que podría afectar su estructura y los sabores pueden verse afectados de forma significativa. En cualquier caso, si eres un gran amante de los vinos, lo mejor es invertir en un termómetro específico para vinos, una herramienta de valor incalculable para asegurarse de que cada copa se sirva en su punto óptimo. EN EL VINO, LOS DETALLES MARCAN LA DIFERENCIA Servir el vino a la temperatura adecuada no sólo mejora su sabor, sino que también potencia la experiencia global de la degustación. La próxima vez que descorches una botella, recuerda que unos grados de más o de menos pueden marcar la diferencia entre un vino ordinario y una experiencia inolvidable. ¿Y tú, cuál eliges 😉?
¿ES REALMENTE NECESARIO ALMACENAR LAS BOTELLAS DE VINO EN HORIZONTAL?
¿ES REALMENTE NECESARIO ALMACENAR LAS BOTELLAS DE VINO EN HORIZONTAL? No cabe duda de que el almacenamiento del vino es un arte que influye directamente en su calidad y evolución, PERO, como todo arte, lleva aparejado una serie de mitos que, en ocasiones, pueden marear más que facilitar el placer a los amantes del vino, sobre todo, a los recién iniciados. Así que, la primera respuesta es que no hay una única respuesta: la mejor opción de almacenamiento para ti depende de qué vino compres y de cómo lo disfrutes. Vamos a ver por qué. La razón principal para almacenar las botellas acostadas es mantener el corcho húmedo. El corcho es un material natural y poroso que sella la botella y evita una entrada masiva de oxígeno. Si la botella está en posición vertical durante mucho tiempo, el corcho puede secarse y contraerse, lo que podría permitir la entrada de aire y acelerar la oxidación del vino, e incluso podría sufrir contaminaciones externas por la proliferación de microorganismos o la absorción de olores desagradables del ambiente. Asegurar la humedad del corcho permite que se conserve el sellado hermético y, así, se protege el vino de alteraciones externas que afecten negativamente su sabor y aroma. Por otro lado, el vino es una bebida viva que evoluciona con el tiempo. Un almacenamiento adecuado favorece una maduración equilibrada. Al mantener las botellas en posición horizontal, se asegura que el vino tenga un contacto constante con el corcho, permitiendo una microoxigenación controlada que contribuye a una mejor evolución de los compuestos del vino. Ahora bien, ¿has comprado el vino para que evolucione durante largo tiempo en la bodega / vinoteca de tu casa por alguna razón específica o para beberlo en las próximas semanas, abrirlo en las fiestas que se acercan u ofrecerlo a las visitas frecuentes de amigos y familiares? Si tu caso es el segundo, no te compliques siquiera en pensar qué tipo de almacenamiento es mejor: horizontal o vertical te darán el mismo resultado. Solo si se compra el vino para su conservación a largo plazo, es mejor almacenar las botellas en posición horizontal. Además, si bien almacenar botellas acostadas es recomendable para aquellas con corcho natural, las botellas con tapa de rosca o tapón sintético pueden guardarse en posición vertical sin riesgo de deterioro del tapón. Otra cosa es que este tipo de cierre no permite la evolución para un vino de guarda ni un largo tiempo de conservación del vino sin que este pierda aromas. Generalmente, se usan para vinos de consumo casi inmediato. Con todo, las bodegas y cavas están diseñadas para almacenar las botellas en posición horizontal porque es una forma eficiente de organizarlas, permitiendo conservar una mayor cantidad de vino en un espacio reducido. Además, esta disposición facilita la identificación de las etiquetas sin necesidad de mover las botellas constantemente, lo que ayuda a evitar vibraciones innecesarias que podrían afectar la estabilidad del vino. Razones de optimización del espacio, estética y tradición son las que llevan a muchas bodegas y coleccionistas a preferir la posición horizontal para el almacenamiento de sus botellas de vino. Esperamos que este breve artículo te ayude a encontrar la mejor manera de conservar tus vinos. En cualquier caso, (casi siempre) es mejor beberlos que almacenarlos.
CRIANZA DEL VINO. BARRICAS DE MADERA VS TANQUES DE ACERO
CRIANZA DEL VINO. BARRICAS DE MADERA VS TANQUES DE ACERO Cuando hablamos de crianza de vinos, hay dos protagonistas que compiten por el corazón (y el paladar) de los amantes del vino: las barricas de madera y los tanques de acero inoxidable. Pero ¿qué diferencia hay entre estos dos sistemas de la vinificación? ¿Es uno mejor que otro? Como afirman los expertos enólogos: «La crianza del vino es como cocinar un buen guiso: el tiempo y los ingredientes correctos son fundamentales, pero el recipiente puede cambiarlo todo». BARRICAS DE MADERA: EL CLÁSICO ELEGANTE Las barricas de madera son el equivalente a un traje de sastre: elegantes, tradicionales y con un aire de sofisticación. Este sistema de crianza del vino es un magnífico catalizador de sabores, un alquimista silencioso y una herramienta indispensable para las bodegas que buscan imprimir carácter y complejidad a sus creaciones. En la mayoría de las bodegas, se suele recurrir principalmente a las barricas de roble francés, que imprimen elegancia y notas especiadas, y de roble americano, que suele dar lugar a sabores más intensos, como coco y vainilla. Más allá de simplemente guardar el vino, las barricas de madera ofrecen ventajas como: Aportan sabores y aromas. La madera interactúa con el vino, regalándole notas de vainilla, frutos secos, caramelo, especias o incluso un toque ahumado. Los matices en aromas y sabores dependerán del tipo de madera, de la edad de la barrica, su grado de tueste y su capacidad. Este aporte es clave para vinos de crianza y reserva, que adquieren complejidad aromática gracias a la barrica. Microoxigenación. A través de los poros de la madera de las barricas, pequeñísimas cantidades de oxígeno entran en contacto con el vino, suavizando sus taninos, haciendo que el vino sea más agradable en boca y dándole una textura más sedosa. Esto es crucial para vinos tintos potentes que necesitan domar su carácter. Además, la oxigenación favorece la estabilización del color y el desarrollo de aromas más complejos, aumentando la capacidad del vino para envejecer y evolucionar favorablemente. Conservan y refinan el vino. La madera absorbe impurezas y contribuye a la clarificación natural del vino, donde los sabores se integran de manera armoniosa, creando un perfil más equilibrado. Envejecimiento clásico. No todas las barricas son iguales. La diferencia entre una barrica nueva y una usada es significativa. Las nuevas aportan una mayor concentración de aromas y sabores, mientras que las usadas tienen un impacto más sutil, ideal para resaltar la fruta en lugar de la madera. En muchos casos, las bodegas optan por combinar barricas de distintas edades para lograr un equilibrio perfecto. Sin embargo, las barricas tienen su talón de Aquiles. Son costosas, requieren mantenimiento (limpieza y cuidado como si fueran un Ferrari) y, tarde o temprano, pierden su poder de transformación del vino. TANQUES DE ACERO INOXIDABLE: EL MODERNO PRÁCTICO Por otro lado, los tanques de acero inoxidable son el equivalente a una cocina de alta gama y tecnología puntera: limpios, eficientes y sin sorpresas. Fueron introducidos para revolucionar la vinificación, especialmente en vinos blancos y rosados. Sus principales ventajas son: Neutralidad total. A diferencia de las barricas de madera, los tanques de acero no aportan ningún sabor adicional al vino. Esto es ideal cuando el objetivo es resaltar la pureza de la fruta y las características varietales. Control de temperatura. Los tanques de acero tienen sistemas integrados para mantener la temperatura bajo control durante la fermentación y el almacenamiento. Esto es perfecto cuando tratamos vinos frescos, como nuestro blanco Albillo Mayor o el atrevido Rosado. Practicidad. Son fáciles de limpiar, no requieren reemplazo constante y pueden usarse durante años sin perder eficiencia. Por supuesto, los tanques de acero no tienen el glamour ni la mística de las barricas. Algunos podrían decir que son un poco fríos o demasiado industriales, pero su practicidad es innegable. ¿Y QUÉ PASA CON EL SABOR? Aquí viene lo importante: el sabor. Si prefieres vinos complejos, con capas de especias y una textura sedosa, probablemente te enamoren los criados en barrica de madera. Pero si lo tuyo son los vinos frescos, frutales y con una acidez vibrante, los tanques de acero son los mejores aliados. Lo interesante en este punto es que muchos enólogos optan por combinar ambos métodos. Por ejemplo, pueden fermentar el vino en acero y luego envejecer una parte en madera para lograr un equilibrio entre frescura y complejidad. ¡Lo mejor de los dos mundos! CONCLUSIÓN: ¿CLÁSICO O MODERNO? Al final, no se trata de cuál es mejor, sino de qué estilo prefieres. Las barricas de madera son como una sinfonía clásica: ricas, complejas y llenas de historia. Los tanques de acero son como una canción pop pegadiza: frescos, directos y modernos. En cualquier caso, y honestamente, mientras el vino que tomemos esté rico, ¿quién puede quejarse del sistema de crianza utilizado? ¡A disfrutar!
CINCO MARIDAJES CON VINO PARA PLATOS CALIENTES
CINCO MARIDAJES CON VINO Y PLATOS CALIENTES Con el frío del invierno, nuestro cuerpo demanda mayor aporte calórico con comidas más contundentes y reconfortantes, y para nosotros no hay mejor forma de disfrutarlas que acompañándolas con un buen vino de Ribera del Duero. Los tintos de esta denominación, con su cuerpo, estructura y elegancia, son el maridaje perfecto para una amplia variedad de platos invernales, por lo que desde aquí te invitamos a descubrir cómo elevar tu experiencia gastronómica con estas cinco deliciosas recomendaciones. 1. CARNES ROJAS A LA BRASA O AL HORNO España es un paraíso para los amantes de la carne, y la parrilla y el horno son métodos de cocción que realzan los sabores intensos de las carnes rojas, creando una experiencia culinaria única. Si te gusta el sabor ahumado, nada mejor que cocinar a la brasa una buena chuleta de vaca o un entrecot, el rey de las carnes rojas. Si prefieres el horno, podrás cocinar la carne a baja temperatura durante más tiempo, dando como resultado una carne tierna y jugosa, como el lomo de cerdo o la paletilla de cordero. Vino recomendado: El Crianza de Bodegas Zapata acompaña maravillosamente la jugosidad y el sabor intenso de las carnes rojas. Los taninos presentes en el vino equilibran las grasas y realzan el gusto en cada bocado. Consejo: Sirve el vino a unos 16-18 °C para resaltar sus notas frutales y especiadas. 2. GUISOS Y ESTOFADOS TRADICIONALES El rabo de toro, las carrilleras al vino tinto o un buen cocido castellano, andaluz o montañés, por poner tan sólo algunos ejemplos, son los protagonistas culinarios del invierno de más frío en España. Estos platos, con sabores profundos y texturas melosas, requieren un vino que esté a la altura. Vino recomendado: Viñas Viejas de Bodegas Zapata, con su crianza de 16 meses en barrica nueva de roble francés, aporta notas de frutas negras maduras, maderas y especias que complementan perfectamente los matices complejos de estos guisos. Maridaje destacado: Si eliges un cocido que lleve chorizo o morcilla, el toque aromático de madera de Viñas Viejas añadirá un toque extra de complejidad al maridaje, para que disfrutes a lo grande. 3. QUESOS CURADOS Y EMBUTIDOS IBÉRICOS Los quesos curados, como el manchego, y los embutidos ibéricos de alta calidad, como el lomo o el jamón, son aliados ideales para maridar con vinos de Ribera del Duero. Vino recomendado: El Selección de Bodegas Zapata, con sus notas afrutadas y especiadas, armoniza con la intensidad de los quesos y resalta los matices umami de los embutidos. Consejo: Prepara una tabla variada y acompáñala con pan rústico y frutos secos para una experiencia completa. Y si quieres más consejos de maridajes entre vino y quesos, lee nuestro especial del tema aquí. 4. PLATOS DE CAZA En esta temporada invernal, también destacan los platos de caza, como el jabalí estofado, el solomillo de ciervo o las codornices en salsa. La intensidad y los sabores salvajes de estas carnes necesitan un vino con cuerpo y carácter. Vino recomendado: Viñas Viejas o Selección de Bodegas Zapata, con sus aromas complejos de frutos negros y toques balsámicos, maridan a la perfección con la robustez de la carne de caza. Tip gourmet: Sirve las codornices con una guarnición de setas silvestres, como las exquisitas gírgolas, para dar un toque de distinción a tu mesa y maravillarte con su sabor irresistible. 5. POSTRES DE INVIERNO Aunque los vinos tintos no suelen ser el acompañamiento más habitual para los postres, hay excepciones que no puedes perderte. Los chocolates negros y los dulces elaborados con frutos rojos o frutos secos se llevan de maravilla con algunos tintos de Ribera del Duero. Vino recomendado: Un Roble de Bodegas Zapata, cuyos matices de fruta maduras y notas de clavo, vainilla y coco realzan los sabores del chocolate y aportan equilibrio a los postres más dulces. Propuesta: Un brownie de chocolate negro con nueces acompañado de nuestro Roble, para un cierre perfecto del menú. Como habrás podido comprobar, el vino tinto de Ribera del Duero es un aliado inigualable para las comidas invernales. Su versatilidad y riqueza lo convierten en el complemento perfecto para carnes, guisos, quesos y ¡hasta postres! En Bodegas Zapata, te invitamos a explorar nuestras distintas etiquetas y a experimentar con estos maridajes para descubrir nuevas formas de disfrutar el invierno. ¡Que aproveche!
FELIZ BLANCA (Y TINTA) NAVIDAD
FELIZ BLANCA (Y TINTA) NAVIDAD 🎄🍷 Como decía el poeta latino Virgilio hace más de dos mil años, Tempus fugit (el tiempo vuela), queridos y queridas, y casi sin darnos cuenta nos encontramos otro año más sumergidos en esa vorágine de risas, colores, sueños y esperanzas asociadas a las fiestas navideñas. A estas alturas, todos sabemos que la Navidad no sólo es una época del año; es también un estado de ánimo que nos empuja a celebrar la vida: unos lo harán brindando para que su buena suerte no se detenga; y otros, los menos afortunados, aprovecharán la corriente de renovación del año para cerrar ese capítulo oscuro que les ha tocado vivir. Dado que la vida no es más que un conjunto de momentos del presente, nada mejor que estas fechas para compartir un buen vino con nuestros amigos y amores, porque esos instantes serán los mejores regalos que vamos a poder recibir y que tienen forma de recuerdos inolvidables. Ahora echad un vistazo a los platos típicos de estas fechas: carnes asadas al horno, mariscos, rellenos de todo tipo y, cómo no, turrones. ¿Buscas potenciar sus sabores? Abre una botella de vino. ¿Quieres una experiencia gastronómica que maride con la esencia navideña de felicidad? Abre otra botella de vino. Convencidos como estamos de que el vino tiene el poder de recordarnos lo que realmente importa, es hora de rescatar esos vinos atrapados en una botella y disfrutar de cada sorbo como si mañana ya fuera demasiado tarde. Que lo será. Recordad que la vida es como el vino: hay que disfrutar de cada sorbo, aunque sepamos que se va a acabar. ¡Feliz Navidad!
8 COSAS QUE (QUIZÁS) NO SABÍAS DE LA ALBILLO MAYOR
8 COSAS QUE (QUIZÁS) NO SABÍAS DE LA ALBILLO MAYOR Entre las vides centenarias de la Ribera del Duero se esconde una dama blanca legendaria que narra la historia de la región a través de sus frutos. Hablamos, por supuesto, de la Albillo Mayor, una uva autóctona que ha esperado durante siglos el mejor momento para salir al escenario y ofrecer su mejor actuación. Con apenas unos años como protagonista de la función, los aplausos que recibe son cada vez mayores, viviendo una etapa apasionante. Como la nueva estrella del firmamento vinícola, hemos recopilado ocho curiosidades de la Albillo Mayor que (quizás) no conocías: LA ESTRELLA BLANCA DE RIBERA DEL DUERO Aunque Ribera del Duero es sinónimo de grandes tintos, la Albillo Mayor es la única uva blanca autorizada en la denominación, y tan sólo 30 bodegas de las más de 300 que forman parte de la D.O. Ribera del Duero elaboran vinos blancos con Albillo Mayor. Lejos de sentirse intimidada, ha logrado destacar por su indiscutible calidad y elegancia. UNA UVA CON SIGLOS DE HISTORIA Si bien ahora está en auge, la Albillo Mayor ya era conocida y apreciada en la Edad Media, época de la que se conservan documentos donde se menciona su existencia. El agrónomo y escritor español, Gabriel Alonso de Herrera, habla de ella en su tratado de agricultura de 1513. No obstante, estuvo a punto de extinguirse y no fue hasta la década de los noventa cuando se comercializó el primer vino blanco de Albillo Mayor. En la actualidad, las producciones son limitadas y la mayoría de ellas no superan las cinco mil botellas por añada. LA MÁS DIFÍCIL Y CASTELLANA Aunque los estereotipos no son del todo ciertos, se dice que la Albillo Mayor tiene el carácter de un castellano: es una uva ruda, difícil, áspera y complicada al primer trato, pero se abre cuando se la trabaja para mostrar una gran generosidad y versatilidad una vez se gana su confianza. CUERPO DE BLANCO, ALMA DE TINTO En un mar de viñedos de uva tinta como es la Ribera del Duero, no es de extrañar que esta uva blanca se comporte como sus vecinas de variedad Tempranillo y, de hecho, los vinos blancos que aquí se elaboran con Albillo Mayor siguen el mismo proceso que los tintos. Es más, no existen viñedos viejos con sólo cepas de Albillo Mayor, sino que se encuentran diseminadas y escondidas entre los viñedos de Tempranillo. ELIXIR DE LA ETERNA JUVENTUD La Albillo Mayor no solo sorprende por su sabor, ¡parece que también cuida de la salud! Esta variedad de uva está cargada de antioxidantes, esos aliados invisibles que combaten el envejecimiento celular. Además, contiene flavonoides, conocidos por reducir el colesterol y ayudar a controlar la presión arterial. Eso sí, de momento, no se vende en farmacias. UN VINO MÁS SOSTENIBLE Darwin estaría orgulloso de la Albillo Mayor: ha sobrevivido durante miles de años adaptándose a las condiciones de clima más adversas, lo que la hace más resistente a plagas y enfermedades, y a los efectos de la sequía. Además, como esta variedad suele cultivarse con técnicas de viticultura ecológica, se reduce considerablemente el uso de productos químicos, energía y agua, minimizando la huella de carbono y preservando la biodiversidad del terreno. NO ES VENDIMIA PARA PRINCIPIANTES No creas que cualquier viticultor puede domar la Albillo Mayor. Sólo los expertos son capaces de enfrentarse al reto de una uva famosa por ser exigente y que requiere de una atención especial en todo momento. Tiene carácter, pero es muy delicada y depende por completo del buen hacer humano, ya que debe ser vendimiada en el momento exacto, sin margen de error. Su trabajo es exigente, pero el resultado final alcanza cotas de excelencia. GALARDONADA Y ALABADA Pese a que lleva poco tiempo en el radar de los grandes críticos, la Albillo Mayor ha logrado cosechar elogios y premios en tiempo récord. Parece que su carácter único ha conquistado paladares en todo el mundo, desde sumilleres hasta aficionados curiosos. Como ejemplo, el Albillo Mayor de Bodegas Zapata: este año se presentó por primera vez a la Guía Peñín y obtuvo una puntación de 90, lo que la sitúa en el escalafón más alto de los expertos en vino. Después de todo, recuerda el dicho de que un vino de Albillo Mayor es como un buen amigo: resulta difícil de encontrar, es algo complejo de entender, pero una vez entra en tu vida, es imposible de olvidar.
ACARICIAR LAS UVAS. EL PODER DE LA VENDIMIA MANUAL
ACARICIAR LAS UVAS. EL PODER DE LA VENDIMIA MANUAL En una época donde la automatización y la tecnología parecen ser el futuro de muchas industrias, la viticultura ha sabido resistir el paso del tiempo con una tradición que sigue siendo el corazón de la elaboración de vinos de alta calidad: la vendimia manual. Aunque las máquinas han demostrado ser eficientes, rápidas y menos costosas, muchos viticultores y enólogos coinciden en que el toque humano en la recolección de uvas marca una diferencia fundamental en el vino que llega a nuestra copa. EL RITUAL DE LA VENDIMIA MANUAL El paisaje de los campos durante la vendimia manual ofrece escenas pintorescas: trabajadores recorriendo los viñedos desde el amanecer, tijeras en mano, cortando cuidadosamente los racimos que cuelgan de las vides cargadas. Se oye el crujido de las hojas secas bajo los pies, se siente el sol otoñal acariciando la piel y el aroma embriagador de las uvas maduras llenando el aire. Esta técnica ancestral, repetida generación tras generación, crea un vínculo emocional entre el viticultor, su tierra y su producto. Por todo ello se dice que la vendimia manual es más que un método de cosecha: es un ritual que conecta al viticultor con la tierra y sus viñedos. A primera vista, podría parecer un proceso arcaico, pero detrás de cada racimo cortado a mano hay un compromiso con la excelencia y un respeto profundo por la vid. Este método permite seleccionar meticulosamente las uvas, eligiendo sólo aquellas que han alcanzado su punto óptimo de maduración. Al contrario de las máquinas, que no discriminan entre racimos sanos y otros dañados, el vendimiador puede apreciar a simple vista las diferencias sutiles que solo el ojo humano puede captar. Las uvas verdes, con imperfecciones o afectadas por enfermedades son apartadas con cuidado durante la vendimia manual, asegurando que sólo los mejores frutos de la cosecha lleguen a las bodegas. Además, el trabajo manual es menos invasivo para las plantas y el suelo. La delicadeza de las manos reduce el riesgo de dañar las uvas, que así conservan mejor sus aromas y sabores. Las cosechadoras mecánicas, aunque rápidas, suelen causar daños a las viñas, desgarrando ramas y comprometiendo la longevidad del viñedo. La suavidad y tacto del trabajo manual preserva la estructura de la vid, contribuyendo a su salud a largo plazo y al equilibrio del ecosistema del viñedo. POR QUÉ LA VENDIMIA MANUAL INFLUYE EN LA CALIDAD EN EL VINO La respuesta puede no estar únicamente en la química o la ciencia detrás de la viticultura, sino también en el alma del vino. Un vino hecho a partir de una vendimia manual tiende a expresar mejor las características del terroir o terruño, esa relación casi mística entre el suelo, el clima y la vid. La vendimia manual es una experiencia sensorial única que conecta al viticultor con su viñedo. Esta conexión íntima permite una mejor comprensión de la uva y sus características, lo que a su vez se traduce en una elaboración de vinos más personalizada. Al recoger las uvas en el momento óptimo y en condiciones ideales, el vino de vendimia manual expresa de manera más fiel las características del suelo, el clima y la variedad de uva. Si bien la mecanización puede ofrecer vinos aceptables y consistentes, la experiencia demuestra que los vinos procedentes de una vendimia manual tienen una profundidad y complejidad superiores. Una recolección consciente y pausada ofrece una mayor homogeneidad en los racimos, lo que garantiza una fermentación más equilibrada y armoniosa. Los sabores que se desarrollan son más fieles a la variedad de uva y a la región de la que provienen. No son pocos los enólogos afirman que la calidad del vino comienza en el viñedo, y cuando las uvas se cosechan manualmente, se crea una base más sólida para la creación de un vino excepcional. El control que ofrece la vendimia manual sobre la selección de uvas es clave para producir vinos equilibrados y de alta calidad. De hecho, los vinos de vendimia manual suelen presentar un mejor equilibrio entre acidez, taninos y alcohol, lo que se traduce en vinos más elegantes y armoniosos. En el caso de variedades de uva delicadas o en terrenos difíciles, la vendimia manual es prácticamente una necesidad. Las máquinas, por su naturaleza, son incapaces de trabajar en pendientes pronunciadas o suelos complicados sin causar alteraciones. En estos viñedos únicos, el toque humano es imprescindible para garantizar que las uvas lleguen intactas y en las mejores condiciones posibles. Además, no olvidemos que los viñedos son sistemas vivos y complejos, y las condiciones del terreno pueden variar significativamente dentro de una misma parcela. La vendimia manual permite adaptarse a estas variaciones, recolectando las uvas en el momento óptimo de maduración, incluso en zonas con pendientes o topografías irregulares. LA IMPORTANCIA DE LOS DETALLES Cada sorbo de vino elaborado con uvas recolectadas a mano tiene detrás no solo la precisión de la selección, sino el cuidado, la paciencia y el respeto por la tradición vitivinícola. Es un ejemplo de que, a veces, el progreso no siempre está en la velocidad o la eficiencia, sino en el cuidado y la atención que se pone en cada detalle. Así, la vendimia manual sigue siendo, en un mundo cada vez más automatizado, un símbolo de que el buen vino requiere tiempo, paciencia y, sobre todo, un toque humano. Porque al final, la pasión de quienes lo crean se refleja en cada botella, y eso es algo que ninguna máquina puede imitar. Al menos, de momento.