CINCO MARIDAJES CON VINO Y PLATOS CALIENTES Con el frío del invierno, nuestro cuerpo demanda mayor aporte calórico con comidas más contundentes y reconfortantes, y para nosotros no hay mejor forma de disfrutarlas que acompañándolas con un buen vino de Ribera del Duero. Los tintos de esta denominación, con su cuerpo, estructura y elegancia, son el maridaje perfecto para una amplia variedad de platos invernales, por lo que desde aquí te invitamos a descubrir cómo elevar tu experiencia gastronómica con estas cinco deliciosas recomendaciones. 1. CARNES ROJAS A LA BRASA O AL HORNO España es un paraíso para los amantes de la carne, y la parrilla y el horno son métodos de cocción que realzan los sabores intensos de las carnes rojas, creando una experiencia culinaria única. Si te gusta el sabor ahumado, nada mejor que cocinar a la brasa una buena chuleta de vaca o un entrecot, el rey de las carnes rojas. Si prefieres el horno, podrás cocinar la carne a baja temperatura durante más tiempo, dando como resultado una carne tierna y jugosa, como el lomo de cerdo o la paletilla de cordero. Vino recomendado: El Crianza de Bodegas Zapata acompaña maravillosamente la jugosidad y el sabor intenso de las carnes rojas. Los taninos presentes en el vino equilibran las grasas y realzan el gusto en cada bocado. Consejo: Sirve el vino a unos 16-18 °C para resaltar sus notas frutales y especiadas. 2. GUISOS Y ESTOFADOS TRADICIONALES El rabo de toro, las carrilleras al vino tinto o un buen cocido castellano, andaluz o montañés, por poner tan sólo algunos ejemplos, son los protagonistas culinarios del invierno de más frío en España. Estos platos, con sabores profundos y texturas melosas, requieren un vino que esté a la altura. Vino recomendado: Viñas Viejas de Bodegas Zapata, con su crianza de 16 meses en barrica nueva de roble francés, aporta notas de frutas negras maduras, maderas y especias que complementan perfectamente los matices complejos de estos guisos. Maridaje destacado: Si eliges un cocido que lleve chorizo o morcilla, el toque aromático de madera de Viñas Viejas añadirá un toque extra de complejidad al maridaje, para que disfrutes a lo grande. 3. QUESOS CURADOS Y EMBUTIDOS IBÉRICOS Los quesos curados, como el manchego, y los embutidos ibéricos de alta calidad, como el lomo o el jamón, son aliados ideales para maridar con vinos de Ribera del Duero. Vino recomendado: El Selección de Bodegas Zapata, con sus notas afrutadas y especiadas, armoniza con la intensidad de los quesos y resalta los matices umami de los embutidos. Consejo: Prepara una tabla variada y acompáñala con pan rústico y frutos secos para una experiencia completa. Y si quieres más consejos de maridajes entre vino y quesos, lee nuestro especial del tema aquí. 4. PLATOS DE CAZA En esta temporada invernal, también destacan los platos de caza, como el jabalí estofado, el solomillo de ciervo o las codornices en salsa. La intensidad y los sabores salvajes de estas carnes necesitan un vino con cuerpo y carácter. Vino recomendado: Viñas Viejas o Selección de Bodegas Zapata, con sus aromas complejos de frutos negros y toques balsámicos, maridan a la perfección con la robustez de la carne de caza. Tip gourmet: Sirve las codornices con una guarnición de setas silvestres, como las exquisitas gírgolas, para dar un toque de distinción a tu mesa y maravillarte con su sabor irresistible. 5. POSTRES DE INVIERNO Aunque los vinos tintos no suelen ser el acompañamiento más habitual para los postres, hay excepciones que no puedes perderte. Los chocolates negros y los dulces elaborados con frutos rojos o frutos secos se llevan de maravilla con algunos tintos de Ribera del Duero. Vino recomendado: Un Roble de Bodegas Zapata, cuyos matices de fruta maduras y notas de clavo, vainilla y coco realzan los sabores del chocolate y aportan equilibrio a los postres más dulces. Propuesta: Un brownie de chocolate negro con nueces acompañado de nuestro Roble, para un cierre perfecto del menú. Como habrás podido comprobar, el vino tinto de Ribera del Duero es un aliado inigualable para las comidas invernales. Su versatilidad y riqueza lo convierten en el complemento perfecto para carnes, guisos, quesos y ¡hasta postres! En Bodegas Zapata, te invitamos a explorar nuestras distintas etiquetas y a experimentar con estos maridajes para descubrir nuevas formas de disfrutar el invierno. ¡Que aproveche!
FELIZ BLANCA (Y TINTA) NAVIDAD
FELIZ BLANCA (Y TINTA) NAVIDAD 🎄🍷 Como decía el poeta latino Virgilio hace más de dos mil años, Tempus fugit (el tiempo vuela), queridos y queridas, y casi sin darnos cuenta nos encontramos otro año más sumergidos en esa vorágine de risas, colores, sueños y esperanzas asociadas a las fiestas navideñas. A estas alturas, todos sabemos que la Navidad no sólo es una época del año; es también un estado de ánimo que nos empuja a celebrar la vida: unos lo harán brindando para que su buena suerte no se detenga; y otros, los menos afortunados, aprovecharán la corriente de renovación del año para cerrar ese capítulo oscuro que les ha tocado vivir. Dado que la vida no es más que un conjunto de momentos del presente, nada mejor que estas fechas para compartir un buen vino con nuestros amigos y amores, porque esos instantes serán los mejores regalos que vamos a poder recibir y que tienen forma de recuerdos inolvidables. Ahora echad un vistazo a los platos típicos de estas fechas: carnes asadas al horno, mariscos, rellenos de todo tipo y, cómo no, turrones. ¿Buscas potenciar sus sabores? Abre una botella de vino. ¿Quieres una experiencia gastronómica que maride con la esencia navideña de felicidad? Abre otra botella de vino. Convencidos como estamos de que el vino tiene el poder de recordarnos lo que realmente importa, es hora de rescatar esos vinos atrapados en una botella y disfrutar de cada sorbo como si mañana ya fuera demasiado tarde. Que lo será. Recordad que la vida es como el vino: hay que disfrutar de cada sorbo, aunque sepamos que se va a acabar. ¡Feliz Navidad!
8 COSAS QUE (QUIZÁS) NO SABÍAS DE LA ALBILLO MAYOR
8 COSAS QUE (QUIZÁS) NO SABÍAS DE LA ALBILLO MAYOR Entre las vides centenarias de la Ribera del Duero se esconde una dama blanca legendaria que narra la historia de la región a través de sus frutos. Hablamos, por supuesto, de la Albillo Mayor, una uva autóctona que ha esperado durante siglos el mejor momento para salir al escenario y ofrecer su mejor actuación. Con apenas unos años como protagonista de la función, los aplausos que recibe son cada vez mayores, viviendo una etapa apasionante. Como la nueva estrella del firmamento vinícola, hemos recopilado ocho curiosidades de la Albillo Mayor que (quizás) no conocías: LA ESTRELLA BLANCA DE RIBERA DEL DUERO Aunque Ribera del Duero es sinónimo de grandes tintos, la Albillo Mayor es la única uva blanca autorizada en la denominación, y tan sólo 30 bodegas de las más de 300 que forman parte de la D.O. Ribera del Duero elaboran vinos blancos con Albillo Mayor. Lejos de sentirse intimidada, ha logrado destacar por su indiscutible calidad y elegancia. UNA UVA CON SIGLOS DE HISTORIA Si bien ahora está en auge, la Albillo Mayor ya era conocida y apreciada en la Edad Media, época de la que se conservan documentos donde se menciona su existencia. El agrónomo y escritor español, Gabriel Alonso de Herrera, habla de ella en su tratado de agricultura de 1513. No obstante, estuvo a punto de extinguirse y no fue hasta la década de los noventa cuando se comercializó el primer vino blanco de Albillo Mayor. En la actualidad, las producciones son limitadas y la mayoría de ellas no superan las cinco mil botellas por añada. LA MÁS DIFÍCIL Y CASTELLANA Aunque los estereotipos no son del todo ciertos, se dice que la Albillo Mayor tiene el carácter de un castellano: es una uva ruda, difícil, áspera y complicada al primer trato, pero se abre cuando se la trabaja para mostrar una gran generosidad y versatilidad una vez se gana su confianza. CUERPO DE BLANCO, ALMA DE TINTO En un mar de viñedos de uva tinta como es la Ribera del Duero, no es de extrañar que esta uva blanca se comporte como sus vecinas de variedad Tempranillo y, de hecho, los vinos blancos que aquí se elaboran con Albillo Mayor siguen el mismo proceso que los tintos. Es más, no existen viñedos viejos con sólo cepas de Albillo Mayor, sino que se encuentran diseminadas y escondidas entre los viñedos de Tempranillo. ELIXIR DE LA ETERNA JUVENTUD La Albillo Mayor no solo sorprende por su sabor, ¡parece que también cuida de la salud! Esta variedad de uva está cargada de antioxidantes, esos aliados invisibles que combaten el envejecimiento celular. Además, contiene flavonoides, conocidos por reducir el colesterol y ayudar a controlar la presión arterial. Eso sí, de momento, no se vende en farmacias. UN VINO MÁS SOSTENIBLE Darwin estaría orgulloso de la Albillo Mayor: ha sobrevivido durante miles de años adaptándose a las condiciones de clima más adversas, lo que la hace más resistente a plagas y enfermedades, y a los efectos de la sequía. Además, como esta variedad suele cultivarse con técnicas de viticultura ecológica, se reduce considerablemente el uso de productos químicos, energía y agua, minimizando la huella de carbono y preservando la biodiversidad del terreno. NO ES VENDIMIA PARA PRINCIPIANTES No creas que cualquier viticultor puede domar la Albillo Mayor. Sólo los expertos son capaces de enfrentarse al reto de una uva famosa por ser exigente y que requiere de una atención especial en todo momento. Tiene carácter, pero es muy delicada y depende por completo del buen hacer humano, ya que debe ser vendimiada en el momento exacto, sin margen de error. Su trabajo es exigente, pero el resultado final alcanza cotas de excelencia. GALARDONADA Y ALABADA Pese a que lleva poco tiempo en el radar de los grandes críticos, la Albillo Mayor ha logrado cosechar elogios y premios en tiempo récord. Parece que su carácter único ha conquistado paladares en todo el mundo, desde sumilleres hasta aficionados curiosos. Como ejemplo, el Albillo Mayor de Bodegas Zapata: este año se presentó por primera vez a la Guía Peñín y obtuvo una puntación de 90, lo que la sitúa en el escalafón más alto de los expertos en vino. Después de todo, recuerda el dicho de que un vino de Albillo Mayor es como un buen amigo: resulta difícil de encontrar, es algo complejo de entender, pero una vez entra en tu vida, es imposible de olvidar.
ACARICIAR LAS UVAS. EL PODER DE LA VENDIMIA MANUAL
ACARICIAR LAS UVAS. EL PODER DE LA VENDIMIA MANUAL En una época donde la automatización y la tecnología parecen ser el futuro de muchas industrias, la viticultura ha sabido resistir el paso del tiempo con una tradición que sigue siendo el corazón de la elaboración de vinos de alta calidad: la vendimia manual. Aunque las máquinas han demostrado ser eficientes, rápidas y menos costosas, muchos viticultores y enólogos coinciden en que el toque humano en la recolección de uvas marca una diferencia fundamental en el vino que llega a nuestra copa. EL RITUAL DE LA VENDIMIA MANUAL El paisaje de los campos durante la vendimia manual ofrece escenas pintorescas: trabajadores recorriendo los viñedos desde el amanecer, tijeras en mano, cortando cuidadosamente los racimos que cuelgan de las vides cargadas. Se oye el crujido de las hojas secas bajo los pies, se siente el sol otoñal acariciando la piel y el aroma embriagador de las uvas maduras llenando el aire. Esta técnica ancestral, repetida generación tras generación, crea un vínculo emocional entre el viticultor, su tierra y su producto. Por todo ello se dice que la vendimia manual es más que un método de cosecha: es un ritual que conecta al viticultor con la tierra y sus viñedos. A primera vista, podría parecer un proceso arcaico, pero detrás de cada racimo cortado a mano hay un compromiso con la excelencia y un respeto profundo por la vid. Este método permite seleccionar meticulosamente las uvas, eligiendo sólo aquellas que han alcanzado su punto óptimo de maduración. Al contrario de las máquinas, que no discriminan entre racimos sanos y otros dañados, el vendimiador puede apreciar a simple vista las diferencias sutiles que solo el ojo humano puede captar. Las uvas verdes, con imperfecciones o afectadas por enfermedades son apartadas con cuidado durante la vendimia manual, asegurando que sólo los mejores frutos de la cosecha lleguen a las bodegas. Además, el trabajo manual es menos invasivo para las plantas y el suelo. La delicadeza de las manos reduce el riesgo de dañar las uvas, que así conservan mejor sus aromas y sabores. Las cosechadoras mecánicas, aunque rápidas, suelen causar daños a las viñas, desgarrando ramas y comprometiendo la longevidad del viñedo. La suavidad y tacto del trabajo manual preserva la estructura de la vid, contribuyendo a su salud a largo plazo y al equilibrio del ecosistema del viñedo. POR QUÉ LA VENDIMIA MANUAL INFLUYE EN LA CALIDAD EN EL VINO La respuesta puede no estar únicamente en la química o la ciencia detrás de la viticultura, sino también en el alma del vino. Un vino hecho a partir de una vendimia manual tiende a expresar mejor las características del terroir o terruño, esa relación casi mística entre el suelo, el clima y la vid. La vendimia manual es una experiencia sensorial única que conecta al viticultor con su viñedo. Esta conexión íntima permite una mejor comprensión de la uva y sus características, lo que a su vez se traduce en una elaboración de vinos más personalizada. Al recoger las uvas en el momento óptimo y en condiciones ideales, el vino de vendimia manual expresa de manera más fiel las características del suelo, el clima y la variedad de uva. Si bien la mecanización puede ofrecer vinos aceptables y consistentes, la experiencia demuestra que los vinos procedentes de una vendimia manual tienen una profundidad y complejidad superiores. Una recolección consciente y pausada ofrece una mayor homogeneidad en los racimos, lo que garantiza una fermentación más equilibrada y armoniosa. Los sabores que se desarrollan son más fieles a la variedad de uva y a la región de la que provienen. No son pocos los enólogos afirman que la calidad del vino comienza en el viñedo, y cuando las uvas se cosechan manualmente, se crea una base más sólida para la creación de un vino excepcional. El control que ofrece la vendimia manual sobre la selección de uvas es clave para producir vinos equilibrados y de alta calidad. De hecho, los vinos de vendimia manual suelen presentar un mejor equilibrio entre acidez, taninos y alcohol, lo que se traduce en vinos más elegantes y armoniosos. En el caso de variedades de uva delicadas o en terrenos difíciles, la vendimia manual es prácticamente una necesidad. Las máquinas, por su naturaleza, son incapaces de trabajar en pendientes pronunciadas o suelos complicados sin causar alteraciones. En estos viñedos únicos, el toque humano es imprescindible para garantizar que las uvas lleguen intactas y en las mejores condiciones posibles. Además, no olvidemos que los viñedos son sistemas vivos y complejos, y las condiciones del terreno pueden variar significativamente dentro de una misma parcela. La vendimia manual permite adaptarse a estas variaciones, recolectando las uvas en el momento óptimo de maduración, incluso en zonas con pendientes o topografías irregulares. LA IMPORTANCIA DE LOS DETALLES Cada sorbo de vino elaborado con uvas recolectadas a mano tiene detrás no solo la precisión de la selección, sino el cuidado, la paciencia y el respeto por la tradición vitivinícola. Es un ejemplo de que, a veces, el progreso no siempre está en la velocidad o la eficiencia, sino en el cuidado y la atención que se pone en cada detalle. Así, la vendimia manual sigue siendo, en un mundo cada vez más automatizado, un símbolo de que el buen vino requiere tiempo, paciencia y, sobre todo, un toque humano. Porque al final, la pasión de quienes lo crean se refleja en cada botella, y eso es algo que ninguna máquina puede imitar. Al menos, de momento.
DIME QUÉ VINO TOMAS Y TE DIRÉ CON QUÉ QUESO MARIDA MEJOR
DIME QUÉ VINO TOMAS Y TE DIRÉ CON QUÉ QUESO MARIDA MEJOR La combinación de vino y queso es una de las alianzas gastronómicas más apreciadas en el mundo, una experiencia tremendamente placentera que se enriquece más si cabe cuando se eligen productos de calidad y con un trasfondo cultural único. Este es el caso de los vinos con D.O. Ribera del Duero, una de las regiones vinícolas más destacadas de España, de tradición viticultora milenaria gracias a un terruño privilegiado que siempre marca la diferencia. También en los maridajes. Eso sí, el carácter potente y complejo de los vinos de Ribera del Duero exige maridajes igualmente audaces. Los quesos, al ser productos lácteos con sabores generalmente intensos y texturas diversas, ofrecen un contrapunto perfecto para equilibrar los taninos y la acidez de estos vinos, sobre todo en los blancos y rosados. Aquí cabe mencionar que, en los últimos años y, especialmente, entre algunos expertos en maridaje, ha ganado popularidad la idea de que «el queso y el vino tinto no casan bien». Esto se debe fundamentalmente a tres razones: Los vinos tintos, especialmente los jóvenes y con alto contenido de taninos, pueden chocar con los quesos grasos o cremosos. Los taninos pueden acentuar la amargura o la sensación de sequedad en boca cuando se combinan con la grasa y la textura del queso, lo que puede hacer que el vino se sienta más áspero y menos agradable. Los quesos frescos o cremosos tienden a necesitar un vino con mayor acidez para limpiar el paladar y equilibrar su riqueza. Los vinos blancos y rosados, al ser más ácidos y ligeros, suelen complementar mejor ciertos quesos que los vinos tintos más robustos. Algunos quesos, sobre todo los más suaves o florales, pueden ser eclipsados por la intensidad y complejidad de un vino tinto con cuerpo, donde las notas de frutas, especias y madera pueden anular las sutilezas del queso. Si bien es cierto que ciertos tintos pueden no ser los mejores compañeros para algunos quesos, otros pueden resultar maridajes excepcionales. La clave está en encontrar el equilibrio. La recomendación general es no asumir que «todo queso va bien con cualquier tinto», sino explorar maridajes específicos que resalten tanto el vino como el queso en armonía. ¿POR QUÉ UNIR VINOS D.O. RIBERA DEL DUERO Y QUESOS? EL MARIDAJE PERFECTO La D.O. Ribera del Duero es conocida por sus vinos tintos de carácter robusto, especialmente los elaborados con la variedad de uva Tempranillo, predominante en la región, en donde adquiere el nombre de Tinta del País. Los vinos de esta denominación suelen presentar un perfil aromático rico, con notas de frutos negros, especias, cuero y taninos bien estructurados, lo que los convierte en una elección ideal para maridar con quesos de distintos tipos y sabores. Como estos: 1. Tinto joven de uva Tempranillo con quesos salados y compactos Un vino tinto joven y elaborado con Tempranillo en la Ribera del Duero (como es el caso de nuestro Roble y también el Crianza), que suele tener una acidez fresca y taninos más suaves, está en buena sintonía con quesos gruyere, provolone o mozzarela, y ofrece un maridaje excelente con queso semicurado de oveja. Este último tipo de queso tiene una textura mantecosa y un sabor ligeramente salado que armoniza bien con la viveza del vino joven, creando un equilibrio perfecto entre frescura y cremosidad. 2. Tinto de cuerpo medio y Tinta del País con quesos compactos, afrutados y secos Los vinos tintos de Ribera del Duero que pasan más de un año de crianza en barrica, elaborados con Tinta del País (como Selección de Bodegas Zapata), adquieren una mayor estructura y notas especiadas. Estos vinos se suelen acompañar de quesos afrutados como el cheddar y el gouda, y se combinan maravillosamente con un queso seco y salado como es el Manchego curado. El sabor intenso y ligeramente picante del Manchego resalta las notas de frutos secos y balsámicos del vino, creando un sabor rico y de placer persistente en boca. 3. Tinto de mucho cuerpo y Tinta del País con quesos afrutados Si elegimos un vino de Ribera del Duero, elaborado con uva 100% Tinta del País de maduración excepcional, y con una crianza de más de un año (así es el gran Viñas Viejas de nuestra bodega), estaremos ante un caldo complejo y con taninos más refinados. Un queso afrutado con umami, como chedar, gouda ahumado o munster (este último es uno de los sabores más profundos y afilados que un queso puede ofrecer), es el acompañante ideal para este tipo de vinos de mucho cuerpo. Además, las notas de frutos maduros y especias del vino suavizan el picor del queso, creando un maridaje atrevido y equilibrado. 4. Blanco 100% Albillo Mayor con quesos salados quebradizos, cremosos y tiernos Para los vinos blancos que destacan por su frescura, elegancia y notas de frutas blancas y cítricas (nuestro Albillo Mayor es un ejemplo clavado) un maridaje ideal sería con queso de cabra fresco, si bien tiene «muchos novios que le rondan», como son los quesos feta, brie y requesón. En general, los quesos de acidez ligera y textura cremosa complementan perfectamente la frescura y vivacidad del Albillo Mayor, resaltando sus notas frutales y aportando equilibrio entre la acidez del vino y la suavidad del queso, sin eclipsar sus matices sutiles. 5. Rosado de variedad Tempranillo con quesos salados quebradizos Para un vino rosado de variedad Tempranillo de Ribera del Duero, que suele tener frescura, notas de frutos rojos y cierta acidez, la mejor opción es maridarlo con un queso feta, cuya suavidad y cremosidad complementan la frescura del Rosado, sin sobrecargar el paladar y permitiendo que las notas frutales del vino brillen con luz propia. Otra excelente opción sería un queso fresco, pues su acidez natural armoniza con la vivacidad del rosado, creando un maridaje ligero y refrescante, ideal para días cálidos o aperitivos. ÚLTIMOS CONSEJOS PARA DISFRUTAR TU MARIDAJE DE VINO Y QUESO AL MÁXIMO El maridaje entre los vinos con D.O.
GUÍA PEÑÍN 2025 PUNTÚA CON SOBRESALIENTE A TRES VINOS DE BODEGAS ZAPATA
GUÍA PEÑÍN 2025 PUNTÚA CON SOBRESALIENTE A TRES VINOS DE BODEGAS ZAPATA Veni, vidi, vici. Sí, estamos de enhorabuena. La Guía Peñín, una de las publicaciones más prestigiosas del mundo del vino en España, ha incluido tres vinos de Bodegas Zapata en su edición de 2025 con unas puntaciones de entre 90 y 93 puntos, esto es, dentro del segmento de vinos que ellos consideran «excelentes, con gran complejidad y equilibrio». Esta era la primera vez que nos presentábamos a su examen de cata a ciegas, y ¡hemos sacado sobresaliente! Además, este reconocimiento no solo aplaude la calidad de nuestros vinos, sino que también posiciona a Bodegas Zapata en un lugar privilegiado dentro del panorama vitivinícola español. Los afortunados son Viñas Viejas, Selección y Albillo Mayor, con puntuaciones de 93, 91 y 90 puntos respectivamente. Aquí te contamos qué tiene de especial cada uno de ellos. VIÑAS VIEJAS: UN TESORO DE 93 PUNTOS Nuestro vino tinto más preciado es Viñas Viejas, y así ha sido reconocido por los expertos catadores de la Guía Peñín, quienes han emitido una calificación conjunta de 93 puntos para reflejar su excelencia y carácter distintivo. Este vino, elaborado 100% con Tinta del País a partir de viñedos centenarios, ofrece una complejidad y profundidad de valor extraordinario. Sus notas de frutas negras maduras, maderas aromáticas y elegantes toques especiados convierten a Viñas Viejas en una experiencia sensorial única. La alta puntuación que ha recibido en la Guía Peñín 2025 no es sólo un reconocimiento a su magnífica calidad, sino también una garantía para los consumidores de que están adquiriendo un vino de primer nivel. SELECCIÓN: ELEGANCIA Y EQUILIBRIO CON 91 PUNTOS El vino Selección, con 91 puntos, es otro de los tintos destacados de Bodegas Zapata, elaborado también con 100% Tinta del País de viñedos de hasta 60 años. En este caso, su elegancia y equilibrio vienen acompañados de aromas a frutas negras y notas especiadas (como vainilla y canela), con algunos toques torrefactos. Potente en boca, también es carnoso, con taninos firmes, pero dulces. La inclusión de Selección en la Guía Peñín 2025 con esta alta puntuación subraya la dedicación y el esmero de Bodegas Zapata en la elaboración de vinos de calidad. ALBILLO MAYOR: FRESCURA Y SINGULARIDAD CON 90 PUNTOS Albillo Mayor, con 90 puntos, completa el trío de vinos de Bodegas Zapata en la Guía Peñín 2025. Este vino blanco, elaborado con 100% Albillo Mayor, es una muestra de frescura y singularidad. Sus aromas a flores blancas, frutas de hueso y suaves toques minerales lo hacen muy atractivo. En boca, es fresco y vibrante, con una acidez equilibrada que lo hace muy versátil para maridar con diferentes platos y disfrutar de una experiencia gastronómica completa. LA IMPORTANCIA DE SUPERAR LOS 90 PUNTOS EN LA GUÍA PEÑÍN Obtener una puntuación superior a 90 puntos en la Guía Peñín es un logro significativo para cualquier bodega, y constituye un hito para Bodegas Zapata. Esta guía es una referencia nacional tanto para profesionales como para aficionados del vino, y una alta puntuación garantiza visibilidad y prestigio. Además, los vinos que superan esta barrera son considerados excelentes, lo que aumenta su demanda y valor en el mercado. Para Bodegas Zapata, el reconocimiento para Viñas Viejas, Selección y Albillo Mayor en la Guía Peñín 2025 es un testimonio de su compromiso con la calidad, la pasión y la innovación en la elaboración de vinos. Esta edición 2025 de la Guía Peñín recoge las calificaciones de más de 9800 vinos procedentes de 128 indicaciones geográficas nacionales con información detallada sobre bodega, D.O., tipo de vino, variedades de uva, añada, calificación y notas de cata. Poco más del 50 % de los vinos presentados han recibido 90 puntos o más. Entre ellos, 502 vinos tintos son D.O. Ribera del Duero, como es el caso de Bodegas Zapata. El proceso de evaluación para formar parte de la Guía Peñín es riguroso y detallado, y en él juegan un papel crucial los catadores seleccionados, un grupo de expertos altamente cualificados que recorren todas las regiones vitivinícolas de España para catar a ciegas cada vino en su mismo lugar de origen. Son profesionales dedicados y apasionados que garantizan la calidad y objetividad de las puntuaciones. Su trabajo no solo beneficia a los consumidores, para que puedan disfrutar de vinos excepcionales y descubrir nuevas joyas, sino que también eleva el estándar de la industria vitivinícola en España. Así que ahora, vamos, abre uno de ellos y celebra con nosotros esta dulce victoria.
EL TRIÁNGULO DE ORO DE LA RIBERA DEL DUERO
EL TRIÁNGULO DE ORO DE LA RIBERA DEL DUERO En el corazón de la Ribera del Duero, existe un enclave privilegiado conocido como el Triángulo de Oro. Esta zona, delimitada por las localidades de La Horra, Roa y Olmedillo, es célebre por su terruño único y sus vides centenarias, que dan origen a algunos de los vinos más prestigiosos de España. El Triángulo de Oro de la Ribera del Duero está bendecido por suelos de texturas arenosas, calizas y arcillosas que cuentan con miles de años de historia y que, hoy en día, definen el carácter y singularidad de los vinos que surgen de sus entrañas. En particular, la zona de La Horra presenta suelos arenosos en las capas más superficiales, que permiten una buena infiltración de agua y aireación de las raíces, y favorece la producción de vinos frescos y frutales; pero también es un suelo arcilloso en profundidad, por lo que tiene una alta capacidad de retención de agua y nutrientes, y nos regala vinos con más cuerpo, estructura y concentración de sabores que otras zonas de la misma Denominación de Origen. Otro aspecto que influye en la calidad de estos vinos es el clima extremo al que están expuestas las vides, con veranos secos, inviernos largos y rigurosos, y baja precipitación. Si observamos el enclave de La Horra, las lluvias se concentran entre noviembre y mayo, y los vientos suaves y frescos procedentes de los Picos de Urbión favorecen que tanto hojas como racimos se sequen rápidamente. Como consecuencia de todo ello la uva que se obtiene es de una calidad extraordinaria, de pequeño tamaño, piel gruesa y maduración perfecta, lenta y tardía. Asimismo, el paisaje de La Horra, situado sobre los 800 metros de altitud, y con saltos térmicos que pueden alcanzar los 20 grados entre el día y la noche, es una de las zonas más frescas de la Ribera del Duero, alejada del río y, por tanto, menos húmeda, que permite una excelente madurez de los taninos. Para los amantes del vino, viajar al epicentro vinícola de la Ribera del Duero que conforma el Triángulo de Oro es como visitar la Quinta Avenida de Nueva York o los campos Elíseos en París. No hay nada comparable en el resto del mundo. Es un auténtico privilegio para los que vivimos en España y un orgullo para Bodegas Zapata, cuyos vinos se producen en La Horra y son el resultado de un legado que combina el respeto por la materia prima y la sabiduría transmitida de generación en generación. Nuestros vinos hablan de la tierra, del clima y del esfuerzo humano, y cuentan una historia en cada copa. La exquisita uva que se trabaja en Bodegas Zapata es uno de nuestros bienes más preciados, un tesoro que nos permite ofrecer vinos excepcionales, a través técnicas tradicionales e innovación, enfocados siempre en la calidad y la sostenibilidad durante todas las etapas de su elaboración. ¿A qué estás esperando para probarlos?
EL PAISAJE DEL TERROIR
EL PAISAJE DEL TERROIR No, no nos hemos equivocado en una letra al escribir Terroir. Este es el término francés utilizado para referirse al conjunto de factores que dan identidad a una región productora de vino, o incluso a una pequeña parte de ella. Es lo que permite diferenciar un Ribera del Duero de otras denominaciones y, también, distinguir un vino procedente de la Horra (Burgos) frente a otros, aunque se hallen en el mismo Triángulo de Oro de la zona. En castellano, lo solemos traducir como terruño, si bien esta no es una palabra equivalente exacta, dado que el concepto terroir engloba mucho más que una porción de tierra. De hecho, cuando hablamos del terroir en su acepción vitivinícola, estamos haciendo alusión a un conjunto específico de características del entorno donde se cultivan los viñedos y, muy importante, de su relación con la forma de trabajar ese lugar. El suelo, el clima y la variedad de la uva autóctona de una tierra son los que la naturaleza nos brinda en un espacio de tierra determinado, pero es lo que se hace con ellos lo que determina de forma única el terroir definitivo. Para que se entienda mejor, os ponemos un ejemplo: imaginad una persona que nace con una genética privilegiada para nadar y, además, cuida sus hábitos de alimentación y deporte para potenciar todas sus cualidades innatas. Puede llegar incluso a competir en las Olimpiadas y hasta ganarlas. Con las regiones vinícolas pasa lo mismo: si las condiciones climáticas, la calidad del suelo y la uva del lugar son ya intrínsecamente magníficas, y el viticultor y bodeguero conocen las mejores técnicas para sacarles todo el provecho, el vino que produzca ese lugar expresará un terroir capaz de acaparar las portadas de las guías más importantes y prestigiosas del mundo. LA RIBERA DEL DUERO, UNO DE LOS MEJORES TERRUÑOS DEL MUNDO El vino, como expresión auténtica de su lugar de origen, captura la influencia del entorno natural y cultural en su proceso de producción. Todo suma en la definición de un terroir, y en la Ribera del Duero, estos son los elementos distintivos que le confieren su merecida fama mundial y contribuyen a la excelencia de sus vinos: Suelos diversos: ya sea en arcillas o en suelos calcáreos y pedregosos, cada viñedo crea su propia historia y la proyecta sobre las uvas que produce. Clima continental: la Ribera del Duero oscila entre dos extremos, esto es, veranos muy calurosos e inviernos muy fríos, lo que contribuye a la estructura y la complejidad de los vinos, así como a la preservación de la acidez natural de las uvas. Variedades emblemáticas: la uva reina de la Ribera del Duero es la Tempranillo, conocida localmente como Tinta del País. Esta variedad se adapta perfectamente al clima y al suelo, ofreciendo vinos intensos, estructurados y con gran longevidad. Altitud: los viñedos en la Ribera del Duero se extienden desde los 700 hasta los 1000 metros sobre el nivel del mar. La elevación proporciona noches frescas que conservan la acidez en las uvas y también influye en la radiación solar, intensificando la fotosíntesis y la acumulación de polifenoles. Todo ello favorece la maduración lenta y completa de las uvas, promoviendo la concentración de sabores y aromas. Humedad: a pesar de la aridez del clima, la humedad relativa en la Ribera del Duero es la gran aliada del viñedo. La gestión apropiada del agua y la humedad del suelo permiten que las vides se desarrollen de manera equilibrada. Topografía: colinas, mesetas y valles pueblan la Ribera del Duero, ofreciendo una diversidad de microclimas y exposiciones solares, de las que surge una gama de expresiones de uva y estilos de vino de riqueza organoléptica y renombre mundial. ¿Tienes ya tu copa de Bodegas Zapata preparada para después de leer este artículo? Pues ahora recuerda que, en cada sorbo que tomes, tu paladar está contemplando, también, un único e inigualable paisaje del terroir. ¡Buen provecho!
ESPAÑA, EL MAYOR VIÑEDO DEL MUNDO
ESPAÑA, EL MAYOR VIÑEDO DEL MUNDO España es el primer viñedo del mundo. Casi un millón de hectáreas del terreno de nuestro país está dedicado al cultivo de uvas para la industria vitivinícola, lo que supone un 13% del total mundial. De hecho, en todas las comunidades autónomas de nuestro país se elabora vino, que en 2022 alcanzó una producción media anual de alrededor de 40 millones de hectolitros. Como os podéis imaginar, de ahí salen muchas botellas y muchas copas de vino, tantas que ocupamos el tercer puesto como productor mundial de vino, tan sólo detrás de Italia y Francia. Además, somos el primer exportador mundial de vino, en términos de volumen, y el tercero, en términos de valor. En concreto, 4347 bodegas españolas exportan al mercado internacional y nuestros vinos llegan a 189 países, con especial relevancia en Alemania, Estados Unidos, Reino Unido y Francia. La calidad y diversidad de nuestras uvas autóctonas son especialmente apreciadas como materia prima para la elaboración de tintos robustos y blancos frescos y espumosos, siendo la Ribera del Duero una de las regiones vinícolas más importantes de España. Sin embargo, en lo que respecta al consumo interno, los españoles nos merecemos un buen tirón de orejas. Ocupamos el séptimo puesto del ranking internacional en consumo interno por detrás de países como EE. UU., Francia, Italia, Alemania, Reino Unido y Rusia. El vino forma parte indisoluble de la cultura y la gastronomía española, y es nuestro invitado de honor en celebraciones, comidas familiares e incontables eventos sociales, que en este aspecto los españoles también somos número uno. El vino, un producto tan nuestro como el aceite de oliva o la siesta, merece que le demos más y mejor cariño. Probablemente, este sorprendente dato de consumo se deba a que en España solemos pensar que el vino es una bebida para los más entendidos y creamos que no vamos a poder apreciarlo. ¡Nada más lejos de la realidad! Es como negar una invitación a un restaurante de estrellas Michelín porque en casa solemos comer huevos con patatas fritas. Nuestro paladar y nuestro placer están por encima de (absurdas) creencias socioculturales. Así que olvida los corsés irracionales y nada libre en el océano de las uvas del placer.
LAS LÁGRIMAS DE LA VID(A)
LAS LÁGRIMAS DE LA VID(A) Si hay un signo inequívoco del inicio de la vida, ese es el llanto de un bebé nada más nacer. Pero no es el único. En la naturaleza, el ciclo de la vida también se representa en el ciclo de la vid, aunque con alguna etapa vital extra: nace, crece, se recolecta, se poda, cae en un letargo invernal y retorna a la vida al llegar la primavera. Es en esta última fase cuando, por efecto del aumento de la temperatura, el metabolismo de la planta se activa y las reservas acumuladas de savia despiertan, iniciando entonces un recorrido por toda la vid, desde las raíces hasta las ramas heridas por efecto de la poda, por las que esta savia acuosa caerá como lágrimas goteando por sus extremos (llamados sarmientos). Es un aviso al viticultor de que vuelve a la vida, como el llanto del bebé avisa a su madre de que acaba de nacer. Lo cierto es que el lloro de la vid es un fenómeno curioso y absolutamente imprescindible para el desarrollo de la planta, que tiene lugar en los viñedos a partir del mes de marzo, cuando la temperatura supera aproximadamente los diez grados. Antes, durante los meses de invierno, la vid permanece inerte, y los viticultores aprovechan este período para realizar la poda, una práctica que prepara y adapta la planta para su cultivo y crecimiento, además de equilibrar la producción de uvas. Sin la poda, la vid podría crecer hasta treinta metros debido a su naturaleza trepadora. Cuando la raíz de la vid percibe el calentamiento del suelo, la savia comienza a circular nuevamente por la planta, cargada de hormonas vegetales y nutrientes. Al llegar a los puntos de poda, la savia se libera al exterior, provocando ese particular lloro, cuya cantidad depende de cómo se haya realizado la poda y de factores como el vigor del viñedo y la climatología. Su duración suele extenderse durante un periodo variable que va de los siete a los diez días, tiempo en el que la vid es capaz de expulsar ¡hasta cinco litros de agua! Este proceso es esencial para que la vid renazca, se prepare para la brotación y florezca, convirtiendo sus flores en uvas. Las lágrimas de la vid cesarán cuando los cortes no cicatrizados de sus ramas se recubran con esa sustancia gomosa producida por bacterias que viven sobre el derrame, además de las sales disueltas en la savia evaporada. Así, el lloro contribuye a la curación del sarmiento, pero también es un magnífico protector frente a la invasión de plagas de insectos u hongos que pudieran entrar a través de esos cortes de poda. Por todo ello, si al llegar la primavera realizas una visita a un campo de viñedos, con el sol brillando sobre las hileras de las vides, fíjate cómo en las ramas podadas se libera la savia. Ver caer lentamente esas pequeñas gotas de líquido translúcido en contraste con el verde intenso de las hojas y la textura rugosa de la corteza es todo un espectáculo de la naturaleza, que nos recuerda lo importante de la renovación y de la propia vida. Aunque para ello necesitemos, de vez en cuando, derramar algunas lágrimas.