BODEGAS ZAPATA

DIME QUÉ VINO TOMAS Y TE DIRÉ CON QUÉ QUESO MARIDA MEJOR

La combinación de vino y queso es una de las alianzas gastronómicas más apreciadas en el mundo, una experiencia tremendamente placentera que se enriquece más si cabe cuando se eligen productos de calidad y con un trasfondo cultural único. Este es el caso de los vinos con D.O. Ribera del Duero, una de las regiones vinícolas más destacadas de España, de tradición viticultora milenaria gracias a un terruño privilegiado que siempre marca la diferencia. También en los maridajes.

Eso sí, el carácter potente y complejo de los vinos de Ribera del Duero exige maridajes igualmente audaces. Los quesos, al ser productos lácteos con sabores generalmente intensos y texturas diversas, ofrecen un contrapunto perfecto para equilibrar los taninos y la acidez de estos vinos, sobre todo en los blancos y rosados. Aquí cabe mencionar que, en los últimos años y, especialmente, entre algunos expertos en maridaje, ha ganado popularidad la idea de que «el queso y el vino tinto no casan bien». Esto se debe fundamentalmente a tres razones:

  1. Los vinos tintos, especialmente los jóvenes y con alto contenido de taninos, pueden chocar con los quesos grasos o cremosos. Los taninos pueden acentuar la amargura o la sensación de sequedad en boca cuando se combinan con la grasa y la textura del queso, lo que puede hacer que el vino se sienta más áspero y menos agradable.

  2. Los quesos frescos o cremosos tienden a necesitar un vino con mayor acidez para limpiar el paladar y equilibrar su riqueza. Los vinos blancos y rosados, al ser más ácidos y ligeros, suelen complementar mejor ciertos quesos que los vinos tintos más robustos.

  3. Algunos quesos, sobre todo los más suaves o florales, pueden ser eclipsados por la intensidad y complejidad de un vino tinto con cuerpo, donde las notas de frutas, especias y madera pueden anular las sutilezas del queso.

Si bien es cierto que ciertos tintos pueden no ser los mejores compañeros para algunos quesos, otros pueden resultar maridajes excepcionales. La clave está en encontrar el equilibrio. La recomendación general es no asumir que «todo queso va bien con cualquier tinto», sino explorar maridajes específicos que resalten tanto el vino como el queso en armonía.

¿POR QUÉ UNIR VINOS D.O. RIBERA DEL DUERO Y QUESOS? EL MARIDAJE PERFECTO

La D.O. Ribera del Duero es conocida por sus vinos tintos de carácter robusto, especialmente los elaborados con la variedad de uva Tempranillo, predominante en la región, en donde adquiere el nombre de Tinta del País. Los vinos de esta denominación suelen presentar un perfil aromático rico, con notas de frutos negros, especias, cuero y taninos bien estructurados, lo que los convierte en una elección ideal para maridar con quesos de distintos tipos y sabores. Como estos:

1. Tinto joven de uva Tempranillo con quesos salados y compactos

Un vino tinto joven y elaborado con Tempranillo en la Ribera del Duero (como es el caso de nuestro Roble y también el Crianza), que suele tener una acidez fresca y taninos más suaves, está en buena sintonía con quesos gruyere, provolone o mozzarela, y ofrece un maridaje excelente con queso semicurado de oveja. Este último tipo de queso tiene una textura mantecosa y un sabor ligeramente salado que armoniza bien con la viveza del vino joven, creando un equilibrio perfecto entre frescura y cremosidad.

2. Tinto de cuerpo medio y Tinta del País con quesos compactos, afrutados y secos

Los vinos tintos de Ribera del Duero que pasan más de un año de crianza en barrica, elaborados con Tinta del País (como Selección de Bodegas Zapata), adquieren una mayor estructura y notas especiadas. Estos vinos se suelen acompañar de quesos afrutados como el cheddar y el gouda, y se combinan maravillosamente con un queso seco y salado como es el Manchego curado. El sabor intenso y ligeramente picante del Manchego resalta las notas de frutos secos y balsámicos del vino, creando un sabor rico y de placer persistente en boca.

3. Tinto de mucho cuerpo y Tinta del País con quesos afrutados

Si elegimos un vino de Ribera del Duero, elaborado con uva 100% Tinta del País de maduración excepcional, y con una crianza de más de un año (así es el gran Viñas Viejas de nuestra bodega), estaremos ante un caldo complejo y con taninos más refinados. Un queso afrutado con umami, como chedar, gouda ahumado o munster (este último es uno de los sabores más profundos y afilados que un queso puede ofrecer), es el acompañante ideal para este tipo de vinos de mucho cuerpo. Además, las notas de frutos maduros y especias del vino suavizan el picor del queso, creando un maridaje atrevido y equilibrado.

4. Blanco 100% Albillo Mayor con quesos salados quebradizos, cremosos y tiernos

Para los vinos blancos que destacan por su frescura, elegancia y notas de frutas blancas y cítricas (nuestro Albillo Mayor es un ejemplo clavado) un maridaje ideal sería con queso de cabra fresco, si bien tiene «muchos novios que le rondan», como son los quesos feta, brie y requesón. En general, los quesos de acidez ligera y textura cremosa complementan perfectamente la frescura y vivacidad del Albillo Mayor, resaltando sus notas frutales y aportando equilibrio entre la acidez del vino y la suavidad del queso, sin eclipsar sus matices sutiles.

5. Rosado de variedad Tempranillo con quesos salados quebradizos

Para un vino rosado de variedad Tempranillo de Ribera del Duero, que suele tener frescura, notas de frutos rojos y cierta acidez, la mejor opción es maridarlo con un queso feta, cuya suavidad y cremosidad complementan la frescura del Rosado, sin sobrecargar el paladar y permitiendo que las notas frutales del vino brillen con luz propia. Otra excelente opción sería un queso fresco, pues su acidez natural armoniza con la vivacidad del rosado, creando un maridaje ligero y refrescante, ideal para días cálidos o aperitivos.

ÚLTIMOS CONSEJOS PARA DISFRUTAR TU MARIDAJE DE VINO Y QUESO AL MÁXIMO

El maridaje entre los vinos con D.O. Ribera del Duero y una selección de quesos bien elegidos puede ser una experiencia gastronómica inolvidable. Con estos maridajes, no solo disfrutarás de lo mejor de ambos mundos, sino que también descubrirás nuevas formas de apreciar las sutilezas de cada producto.

Para que el placer sea completamente satisfactorio, no olvides servir los vinos tintos entre 16ºC y 18ºC para permitir que sus aromas y sabores se expresen plenamente. Además, asegúrate de sacar los quesos de la nevera al menos 30 minutos antes de servirlos, para que alcancen su temperatura óptima y su sabor sea más pleno. Y como colofón, puedes complementar tus maridajes con panes rústicos y frutos secos, que aportan texturas y sabores adicionales que enriquecen la experiencia.